Hace algunos meses hablamos de la sordera en esta sección y prometimos tratar con más detalle el buceo con un implante coclear. El implante coclear es una moderna solución tecnológica a una carencia del complejo mecanismo de la audición humana. En la audición normal, las ondas de sonido llegan hasta la membrana timpánica haciéndola vibrar. El tímpano transmite la vibración a la cadena de huesecillos –el martillo, el yunque y el estribo- que a su vez la transfieren al oído interno. El fluido contenido en el oído interno estimula unas células ciliadas, conocidas como el Órgano de Corti, que transforman la vibración en un impulso eléctrico que se dirige al cerebro a través del nervio auditivo.
En la mayoría de los tipos de sordera, el nervio auditivo sigue siendo funcional pero las células ciliadas están dañadas o se han perdido. El objetivo del implante coclear es sustituir la función de las células ciliadas que no realizan correctamente su tarea, transformando las señales acústicas en señales eléctricas que van a estimular el nervio auditivo. Esta transmisión de información se produce a lo largo de las diferentes partes que constituyen el implante coclear. En este dispositivo se diferencia una parte externa que es visible sobre la cabeza del paciente y una parte interna que se implanta mediante cirugía en el oído interno.
Lo que se observa externamente es el micrófono que recoge los sonidos y los pasa al procesador que en realidad es un microordenador que selecciona la información acústica y la codifica en información digital. Un transmisor envía la información codificada a la parte del sistema que se ha implantado quirúrgicamente, el receptor. Este se aloja mediante cirugía en el hueso temporal, detrás del pabellón auricular y envía las señales eléctricas a los electrodos. Los electrodos se introducen en el oído interno, en la cóclea concretamente, y son los que van a estimular el nervio auditivo que conduce finalmente la información al cerebro. Las partes externa e interna se ponen en contacto por medio de un cable y de un imán.
Actualmente, se implantan aparatos multicanal que cuentan con varios electrodos -en oposición al monocanal que solo tiene un electrodo- y que proporcionan por tanto mayor diversidad de estímulos auditivos. La tecnología que usan las diferentes marcas existentes en el mercado es muy similar. Las diferencias que nos permitirán elegir un fabricante y no otro son por ejemplo, el tamaño del procesador, el tipo de baterías que utiliza y su duración, si el fabricante ofrece servicios adicionales, etc.
Aunque a priori un implante coclear no supone una limitación para la práctica del buceo se debe consultar y contrastar las opiniones de nuestro otorrino, del médico hiperbárico y del fabricante del aparato. En las especificaciones técnicas de cada marca se puede leer –y si no lo detalla se deberá consultar al fabricante- la presión que puede soportar el aparato. De esta manera podemos confirmar que el dispositivo tiene capacidad para aguantar el incremento de presión pero además hay que tener en cuenta las consideraciones médicas de cada especialista.
Si la persona implantada va a realizar un curso de buceo se debe hacer especial hincapié en que reciba y entienda los conceptos y señales para bucear con seguridad ya que, para sumergirse, el componente externo ha de ser retirado y por tanto el alumno no oirá nada a partir de ese momento. También se ha de tener precaución al colocar la tira de la máscara para que no presione la zona del implante.
Como explicamos en el espacio dedicado a la sordera, un buceador con sordera neurosensorial no podrá identificar sonidos del entorno –el aviso del compañero o el ruido de un motor, por ejemplo- por lo que siempre deberá bucear con un compañero de mayor nivel y si las circunstancias lo requieren poseer la especialidad de buceo adaptado.
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