HISTORIA DEL BUCEO

TEXTO: Ramón Ekai
Mancisidor: Una saga bajo el agua

Los Mancisidor fueron una saga de buzos sin parangón en Gipuzkoa que desarrollaron sus trabajos en la costa guipuzcoana, y en el resto de España, haciendo ocasionales trabajos en el extranjero.
El fundador de esta “dinastía” es Juan José Mancisidor, nacido en Motrico en 1872. Muy joven empieza a trabajar como calafateador en los astilleros de Eustaquio Andonaegui. El hundimiento de un buque en el cabo de Cee en Galicia, en 1897, hace que el buzo Felipe Lizarralde le proponga acompañarle a realizar el salvamento. Juan José acepta sin ser consciente de que aquí iba a iniciar la profesión de su vida y la de toda una saga que le iba a seguir.
A la vuelta de Corcubión (Galicia) forma la sociedad Ereño y comienza a realizar trabajos en los puertos de Zumaia, Getxo, Plencia, Getaria, Ondarroa, así como inmersiones para reflotar barcos, boyas, liberar hélices...
Es en este último apartado donde se inserta una de las anécdotas más curiosas de su carrera. El yate real Giralda, patroneado por Alfonso XIII, fondeado en la bahía donostiarra, atascó la cadena de una boya en la hélice y resultaba imposible soltarla. Juan José es llamado por el comandante del Giralda después de que un par de buzos declinasen el mismo trabajo. El buzo pide permiso para utilizar dinamita y a las pocas horas el trabajo está ya realizado. El comandante del Giralda le insta a que prepare la cuenta. Mancisidor no lo hace y el rey, que se entera, se interesa por el premio que se le puede conceder. En una nueva entrevista con el comandante se le preguntó qué es lo que quería; Mancisidor pidió poder recoger del fondo todo aquello que encontrara debido a pérdidas o naufragios abandonados, para quedárselo como trofeo. “Concedido” sería la respuesta del oficial.

Ondarroa, 1926
El pueblo de Ondarroa tenía un grave problema que era necesario solucionar. En la entrada del puerto, a la vista de todos, los pesqueros se perdían estúpidamente por culpa de la barra al no haber refugio contra los temporales. Las víctimas eran un luto constante en el pueblo pesquero. Tras tres años de peticiones a las autoridades para que fuese construido un puerto que fuera capaz de albergar la flota pesquera, el año 1926 se consigue el dinero para llevar a cabo la tan deseada obra.
Después de realizar los estudios y planos correspondientes por los ingenieros, el buzo Juan Manuel Mancisidor pidió que fuesen modificados los planes proponiendo un sistema que resultó genial.
Su propuesta consistía en cerrar la boca del puerto, achicar el agua que quedaba en la zona de trabajo y realizar toda la obra en seco. Esto suponía ahorro en tiempo y dinero, y los ingenieros tuvieron que aceptar su propuesta.

Sin parar
Como el Golfo de Bizkaia es una zona donde es fácil que se produzcan naufragios, fueron muchos los barcos que se hundieron junto a sus costas, y Juan José comenzó a trabajar sin parar, compaginando la construcción y reparación de puertos con salvamentos como el del Ibasa en Zumaia, el Blanche Pasajes, el Mamelena, etc.
En Ondarroa se hizo cargo de la contrata de las obras del puerto, que las inauguró Indalecio Prieto (Presidente de la República) al cual fueron a visitar a Madrid Juan José y el alcalde para que impulsara el proyecto. Para realizarla pusieron una presa al mar y achicaron las aguas del muelle. Esta forma de realizar el trabajo es considerada una genialidad del buzo, que lo rentabiliza económicamente al hacer el trabajo en menos tiempo del estipulado.
Otra de las facetas en las que trabajó fue en la creación de la Asociación de Buzos del Cantábrico, creada el 30 de enero de 1921 y de la que ocupará el cargo de presidente de la primera Junta Directiva.
Los Mancisidor no se dedicaron únicamente a la construcción y dragado de puertos, sino que siguieron ocupándose de los salvamentos que se presentaban: Ibailoria en Donostia, el Artaza entre Pasajes y Fuenterrabia, etc. En 1936 Juan José participó en su último salvamento. Será el buque Jatamendi hundido intencionadamente para bloquear el puerto de Pasajes.
En 1937 sus dos hijos José y Paco serán movilizados por la Armada para sumarse al equipo de buzos encargados de distintos salvamentos en Musel, Gijón, Barcelona y Valencia. A la conclusión de los trabajos serán condecorados con la Cruz del Mérito Naval, primera clase, distintivo rojo.

Accidente
En abril de 1937 fallece Juan José en el momento en que ayuda al montaje de una grúa que ha cedido en Arrigorri de Ondarroa. A partir de este momento la empresa se denominará Vda. E Hijos de Juan José Mancisidor.
Siguiendo la trayectoria de su padre, los Mancisidor van ampliando la flota de gánguiles y gabarras que, dotados de grúas, rompe-rocas, compresores, etc., les permite llevar a cabo una actividad profesional muy intensa en distintos tipos de trabajo: salvamento y desguace de barcos, dragado y construcción de puertos..., iniciando también una actividad pionera para los buzos: la cimentación y cierre de compuertas en diversas centrales eléctricas.
Esta es una breve reseña de toda una familia, los Mancisidor, cuyo apellido ha estado completamente identificado con la profesión de buzo. Por supuesto, son innumerables las anécdotas y vicisitudes que cada uno de los buzos podría relatar... Sin embargo, queriendo reflejar, lo más fielmente posible, la forma de vivir y hacer de los Mancisidor, la ausencia de protagonismos personales es un hecho a constatar: todo ha sido hecho por todos... haciendo cada uno lo suyo.
En febrero de 2000 ha fallecido José Mancisidor, último de los hermanos vivos que se dedicaba al buceo, y, en gran medida, protagonista de las dos películas que se proyectan durante estas fechas en el Ciclo de Cine Submarino de San Sebastián.
Queremos que estas líneas sean un homenaje a su persona, que se haga extensible a todos los miembros de su familia y a todos los buzos del país que han escrito uno de los capítulos más apasionante de la historia de la escafandra.

"Non cure non pay"

Respecto a los salvamentos, es de señalar la cláusula que los Mancisidor hacían figurar en el contrato del trabajo a realizar. Cláusula denominada internacionalmente “Non cure non pay”, que se traduce por: “si no se reflota el barco no se cobra el trabajo”
Esta forma de realizar los contratos hizo a los Mancisidor merecedores de un gran respeto y reconocimiento, tanto por las compañías de seguros como por los propios armadores, reconocimiento que implicaba no sólo el dominio en las técnicas de salvamento, sino, sobre todo, una voluntad incansable de trabajo para conseguirlo con éxito, ya que en ello estaba en juego el sustento y porvenir de la empresa familiar.
En cuanto a los puertos, es casi imposible detallar la cantidad y diversidad de trabajos realizados, ya que bien dragando, recalzando o construyendo diques, la presencia de los Mancisidor con su flota ha sido prácticamente permanente en todo el Cantábrico.
Mencionábamos antes el trabajo de los buzos en las centrales eléctricas. Fue la compañía Iberduero la primera en utilizar los servicios de los Mancisidor. Y así Elsa, Villacampo, Castro, Saucelle, Aldeadávila, Zijara, Pikote (en Portugal) fueron los saltos de agua en donde los buzos realizaron con éxito una labor considerada como muy arriesgada.

Precios para los distintos trabajos

Por una entrada de buzo llevando éste máquina, ayudante y demás personal necesario, 150 pesetas, y si se precisa todo el día, 200 pesetas.
Para obras de construcción, llevando el buzo máquina, ayudante y demás útiles, cobrará el buzo 25 pesetas al día que no entre en el agua, 50 el día que entre hasta el mediodía y 75 cuando trabaje todo el día.
El alquiler de la máquina será de 25 pesetas por día. Los reconocimientos de buques, sea cualquiera el tonelaje, se cobrarán 500 pesetas como mínimo.
Los buzos de las Juntas de Obras del puerto o empresas determinadas cobrarán como mínimo un sueldo de 500 pesetas mensuales.
Los trabajos de salvamento serán ajuste convencional entre esta sociedad y la Empresa consignataria de buque.


Presidente: Juan José Mancisidor
Secretario: Victor Urrestarazu
Desierto-Erandio 1 de febrero de 1921.
El Secretario Victor Urrestarazu.

 

 



 
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