TEXTO:
BUCEO XXI
Todos hemos oído hablar de GREENPEACE alguna vez, pero pocos
sabemos qué hay detrás de esos "locos" que
se lanzan con un fueraborda contra un petrolero.
Detrás hay una organización global con tres millones
de socios en todo el mundo - más de 71.000 en España
- que trabaja concienzudamente las denuncias antes de realizarlas.
Greenpeace lleva trabajando desde 1971 en defensa del medio ambiente
y es en este momento la mayor organización ecologista del mundo.
La fuerza de Greenpeace está en su independencia económica
y política y el rigor de las denuncias.
¿Qué ha cambiado en el movimiento ecológico
desde sus inicios hasta nuestros días?
La conciencia sobre los problemas ambientales en la tierra ha aumentado
extraordinariamente. Hoy nadie puede decir que la inacción
es debida a la falta de conocimiento sobre los problemas. Está
claro que sólo los intereses económicos a corto plazo
y la falta de voluntad política son las razones por las que
la degradación ambiental continúa.
¿Cuáles son los principales retos a los que se
enfrentan los conservacionistas como movimiento en este siglo? ¿Cree
que siguen siendo considerados como unos idealistas utópicos
y románticos?
Los dos retos más importantes son la lucha contra el cambio
climático consecuencia de la emisión de gases de efecto
invernadero a la atmósfera, y la pérdida de diversidad
biológica por la destrucción de ecosistemas. Además
continúa la contaminación tóxica o nuclear,
y aparecen nuevos retos como la biotecnología.
Creo que la mayor parte de la gente se ha dado cuenta de que el
movimiento ecologista defiende el bien común y de que es
imprescindible.
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¿Ha
cambiado mucho la sensibilidad de las personas hacia la naturaleza?
Hay una sensibilización progresiva e imparable. Todavía
hay muchos episodios que muestran la falta de sensibilidad, pero
la conciencia ha aumentado. Ahora hay que transformar la sensibilidad
en acciones concretas para conseguir cambios reales.
¿Sirve de algo que la opinión pública presione
a unos poderes económicos sordos e interesados sólo
en los beneficios a corto plazo?
Claro que sirve. Si no fuera por la presión que se ejerce
desde la opinión pública la situación sería
aún peor. Sólo a través de la presión
se pueden conseguir los cambios necesarios que garanticen la preservación
del Planeta. Hay muchos ejemplos de cómo a través
de la presión se consiguen cambios reales.
Por una parte queremos las comodidades y ventajas de esta civilización
tecnológica y consumista pero, por otra, no queremos que
eso suponga el agotamiento y destrucción del planeta
¿Hasta
qué punto estamos esquizofrénicos en cuanto a nuestra
relación con la naturaleza?
Ciertamente hay una contradicción entre nuestro afán
por consumir más y la capacidad de una Naturaleza que tiene
unos recursos limitados. La imagen de la tierra vista desde el espacio
muestra muy a las claras que vivimos en un planeta de recursos finitos,
y sin embargo, con un sistema económico que promueve el crecimiento
infinito. Si esto no cambia, tarde o temprano, se producirá
un colapso ecológico.
¿A qué se dedica GREENPEACE en España?
Greenpeace desarrolla sus campañas globales en España.
Nuestra lucha principal está encaminada a frenar el cambio
climático, y a la eliminación de la energía
nuclear. Para ello promovemos sistemas de producción de energía
limpios como la solar. Además defendemos los bosques, y para
ello denunciamos la constante entrada de madera importada ilegalmente
procedente de ecosistemas de gran biodiversidad como los bosques
primarios. Defendemos prácticas pesqueras sostenibles frente
a la actual sobreexplotación industrial de la pesca; promovemos
sistemas de producción limpios y tratamos de evitar la entrada
de organismos modificados genéticamente (OGMs).
Si
hay un país que vive de sus recursos naturales es este, no
sólo por la importancia de sus productos agrarios, pesca,
ganadería
sino porque la primera industria del país
es el turismo. ¿Se ve a estas alturas una relación
entre conservación y beneficios económicos?
Cada vez está más claro que es así: antiguos
países balleneros obtienen hoy beneficios a través
del turismo de avistamiento de ballenas, y esto es sólo un
ejemplo. Cada vez más el turista exige un medio adecuadamente
conservado y gestionado. La actual explotación turística
de nuestras costas - basada en el reclamo de cemento y sol - es
insostenible.
A pesar de todo, los últimos informes sobre emisión
de contaminantes a la atmósfera, por ejemplo, superan las
predicciones más pesimistas, y estamos años luz de
conseguir lograr los objetivos de Kioto en los plazos previstos
Efectivamente. Además Kioto debe ser sólo un primer
paso en la lucha contra el cambio climático, y es necesario
ir mucho más allá de las reducciones establecidas
por este Protocolo. Pero nosotros defendemos la necesidad de que
los países firmen y ratifiquen Kioto, aunque sea un acuerdo
mínimo, es también un punto de partida. Lógicamente,
además de firmarlo es necesario que se establezcan planes
que garanticen el cumplimiento de los objetivos establecidos.
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¿Qué
pasará con la mayor reserva biológica del planeta:
el mar?
La sobreexplotación pesquera, la contaminación tóxica
y la destrucción de los espacios costeros son los principales
problemas a los que se enfrenta. Desgraciadamente no se ve un cambio
de tendencia, y por tanto, no hay ningún motivo para ser
optimista. Sin embargo, siempre soy de la opinión de que
hay que seguir luchando para conseguir que las cosas cambien. Lo
peor es caer en la apatía, y la pasividad, porque eso es
dar vía libre para que todo siga igual.
Según se mire, el turismo puede
tener dos efectos contrapuestos: un impacto negativo por saturación
sobre una zona y una exigencia conservacionista de los lugareños
como parte sustancial de los atractivos turísticos
Efectivamente, ya hemos visto como algunos municipios costeros empiezan
a ser conscientes de esto, y a darse cuenta de la necesidad de conservar
para ser atractivos. Una explotación razonable y bien hecha,
preservando y promoviendo los valores naturales es una buena forma
de atraer recursos, y tiene mucho más futuro que la destrucción
por la masificación.
Siguiendo este razonamiento, ¿será
positivo para la conservación de los océanos el previsible
aumento de la práctica del submarinismo?
El submarinismo acerca la riqueza y la belleza de los fondos marinos
a las personas, y en ese sentido crea una demanda de conservación.
La mayor parte de los submarinistas es gente con una gran conciencia
sobre la necesidad de proteger el mar y sus recursos. Creo que la
práctica del submarinismo debe cuidarse enormemente de sus
potenciales impactos, ya que en la medida en que se va popularizando
también puede masificarse en algunos puntos y generar problemas.
¿A quién podríamos
juzgar en La Haya por crímenes ecológicos contra la
humanidad? ¿O no es un crimen contra la humanidad destruir
la vida del planeta?
Sin duda a George W. Bush.
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