ENTREVISTA

Ricardo Sagarminaga/ Presidente de la Sociedad Española de Cetáceos
Ricardo Sagarminaga lleva en su sangre la vocación marinera. Comenzó su aventura ecologista a finales de los ochenta, en el Sirius de Greenpeace. Allí conoció a Ana, su mujer, y juntos fundaron Alnitak, una ONG dedicada a investigar las áreas de especial interés para los cetáceos. A bordo de su velero Toftevaag, un pesquero noruego de arenques construido en 1910 y que restauraron en Suecia, se han centrado en observar cetáceos en el mar de Alborán. Es presidente de la Sociedad Española de Cetáceos (SEC), creada en 1999, que agrupa a 20 asociaciones y en torno a un millar de personas interesadas en la protección e investigación de cetáceos, tortugas y focas de las costas españolas.
 


¿Cómo y por qué comienza su actividad Alnitak?
En 1988, Ana y yo nos conocimos a bordo del Sirius de Greenpeace. Yo le comenté a Ana que mi sueño era restaurar un viejo pesquero para dedicarlo a la investigación y conservación. A ella le gusto la idea, y acto seguido iniciamos la búsqueda de un barco mandando cartas a amigos del gremio de construcción naval y restauración de barcos en Escandinavia. Al poco tiempo encontramos el Toftevaag, posiblemente uno de los veleros de pesca con más historia del Atlántico Norte. Para realizar nuestros trabajos creamos la ONG Alnitak (nombre de una estrella del Cinturón de Orión) a finales de 1989.

En la actualidad trabajáis en un proyecto financiado por la UE para implicar a los pescadores en la conservación del patrimonio marino; ¿Cómo se consigue que un pescador se vuelva conservacionista?
Los pescadores son los primeros que necesitan una solución al problema de la crisis que atraviesa su sector. Sobretodo en regiones como la nuestra, el futuro de la pesca es la preocupación de muchas familias. Los pescadores son tambien los que mejor conocen la mar. Mucho mejor que los científicos o los políticos. Nuestro proyecto en el Mar de Alborán trata de implicar directamente a los pescadores en la gestión del medio marino con el fin de asegurar que la conservación de la biodiversidad vaya a la par con la regeneración de los recursos naturales. Las politicas de gestión no pueden estar sólo en manos de politicos y científicos, son sobretodo las gentes de la mar quienes deben gestionar adecuadamente su medio para asegurarse un futuro. A lo largo de los últimos diez años de investigación por el Mar de Alboran hemos hecho amistad con muchos pescadores. Ellos sufren hoy las consecuencias del cambio que ha dado la pesca en las últimas decadas. Al mando de las pesquerías hay grandes empresas que consideran la mar y el pescado como una cosa más que comprar o vender en la bolsa. A estas empresas les da igual si desaparece el atún rojo u otra especie. Harán grandes beneficios en poco tiempo y cuando no quede nada venderán televisores o lo que sea. Si los científicos y los conservacionistas nos juntamos con ellos tenemos más posibilidades de que esto no ocurra.

Sabemos de la delicada situación de muchos cetáceos y especies marinas en nuestras costas, ¿Qué logros y qué fracasos destacarías en los últimos años?
La situación precárea de algunas especies de cetáceos no es más que el reflejo del estado de salud de nuestro medio marino. Hemos avanzado mucho en el campo de la investigación. Organizaciones como Greenpeace han frenado actuaciones como las incineraciones y vertidos de productos tóxicos a la mar. Pero creo que queda mucho por hacer y me temo que la concienciación social se ha estancado bastante.

La sobreexplotación pesquera es un factor altamente perjudicial para la fauna marina. También lo es la contaminación, sobretodo los vertidos de crudo. ¿Cómo afectan nuestras actividades de ocio marítimo a esas especies y, en concreto, cuál es el impacto de una actividad como el buceo?
Los deportes naúticos pueden ser, para los cetaceos y sus hábitats, muy positivos o muy negativos. El avistamiento de cetaceos es hoy una industria que mueve mucho dinero. Pero desarrollada sin respeto para los animales puede tener efectos devastadores como estamos comprobando en varias regiones del mundo. Las poblaciones sufren estrés y reducen su tasa reproductiva. Hay regiones como Kaikoura en Nueva Zelanda donde los cetáceos estan rodeados de varios barcos cada vez que salen a respirar desde el amanecer hasta la puesta del sol. Y esto siete días por semana y 365 días al año. Es fácil comprender porque las poblaciones se reducen.

Al igual que para la pesca, se pueden hacer las cosas de otra manera, sin matar la gallina de los huevos de oro. Pero no con medidas policiales. Tienen que ser los centros de “whalewatching” los que por su propio bien desarrollen su actividad de forma sostenible. Creo que los centros de buceo son en su mayoría un buen ejemplo ya que son actualmente los que desarrollan medidas para regenerar hábitats importantes para especies como los cetáceos.


Normalmente no buceamos cerca de cetáceos, pero si por casualidad o interés nos encontramos en una inmersión rodeados de delfines o cerca de un rorcual ¿Cómo debemos comportarnos?
Yo suelo pasar bastante tiempo en el agua para filmar comportamientos de cetáceos. Creo que el mejor truco es dejar que siempre sean ellos los que tomen la iniciativa. Evitar movimientos bruscos es importante también y sobretodo, NUNCA intentar tocarlos.

¿Qué proyectos inmediatos tiene la Sociedad Española de Cetáceos?
Acabamos de iniciar este proyecto LIFE Naturaleza para la gestion de los Lugares de interes Comunitario para delfines y tortugas en Andalucía y Murcia. Además de éste, hay unos cincuenta programas de investigación en marcha.

¿Con qué recursos cuenta: organizativos, humanos, económicos..?
En 1999 varias ONGs y personas dedicadas a los cetáceos nos juntamos para promover una mayor cooperación en el campo de la investigación de cetaceos y, sobretodo, para impulsar una ciencia con aplicaciones directas a la conservación del medio marino. Durante los últimos años hemos hecho mucho trabajo con muy pocos medios, a costa de nuestra salud y nuestra vida personal. El proyecto LIFE debería ahora permitirnos trabajar de forma normal. Aunque el proyecto se ubique en Andalucía y Murcia, gran parte de su presupuesto servirá para que la SEC funcione bien a escala nacional con una cooperación coordinada que nos permitirá realizar una investigación más eficiente.

¿Qué valoración hace la SEC de la Cumbre de Johannesburgo?
Yo no puedo hablar en nombre de la SEC. Evidentemente me preocupa mucho el futuro cuando veo las pocas ganas que tienen muchos de los países industrializados de tomarse en serio problemas tan graves. Pero estos gobernantes pueden seguir durmiendo tranquilos mientras estén al frente de una población que se moviliza antes por un partido de fútbol que por el hambre en el mundo, el linchamiento de una mujer nigeriana o la desertización de nuestros mares.

¿Fueron realmente los buques de la OTAN los que causaron las recientes muertes de cetáceos en Canarias? ¿Les afecta tanto la navegación, el sónar e incluso el ruido de la actividad costera?
Invito a todos vuestros lectores a visitar www.gobiernodecanarias.org/medioambiente en donde podrán encontrar bajo “varamientos” los resultados de las autopsias. Al igual que en ocasiones anteriores (Canarias, Grecia, Bahamas) todo parece indicar que el sónar activo de baja frecuencia (LFA) empleado, hace entrar en resonancia algunos órganos de estas especies ocasionando graves daños y hemorragias. No estamos hablando de desorientación por un ruido desagradable. Estamos hablando de ondas que actúan como una explosión.


¿
Qué te hizo elegir la vida que llevas: afán de aventura, inconformismo, responsabilidad con el planeta...?
Mis padres son amantes de la mar y la naturaleza. Soy de la generación que fue sensibilizada por los documentales de Felix Rodriguez de la Fuente. Siempre he sido anticonformista y nunca me ha gustado seguir a las masas. Y realmente creo que la vida hay que vivirla siempre al 100%, ya sea uno biologo, ecologista, carpintero, banquero o cura.

¿Qué aconsejarías a alguien que envidie eso de vivir en un barco de vela observando cetáceos por lo mares de Alborán?
Detrás de la foto del Toftevaag navegando a toda vela en compañía de delfines hay muchas horas de lijar, pintar, calafatear, muchas horas de ordenador... Yo, a veces, envidio al funcionario que trabaja sin preocupaciones, que tiene fines de semana y vacaciones.

¿Qué reflexión debe hacer la humanidad respecto a la convivencia con el resto de las especies que pueblan el planeta?
Nuestra sociedad es cada vez más compleja. Vivimos en un mundo de sueños con todos los lujos y las comodidades imaginables. Pero cada vez estamos más lejos de la naturaleza. No sabemos de dónde viene lo que comemos ni dónde acaba la basura que producimos, y por tanto somos ajenos al precio que paga el planeta por nuestro consumo desmesurado de energía. Esto nos hace también cada día más vulnerables. Un niño etíope, a pesar de estar en los huesos, puede beber agua de un charco, dormir desnudo bajo las estrellas y sobrevivir días o semanas en medio de la naturaleza sin nada. Cualquier europeo en estas condiciones moriría de diarrea, frío, calor o miedo en menos de 48 horas. Además, nuestra vida en la sociedad del bienestar nos hace olvidar las cuatro cosas simples de la vida que son en realidad las únicas que importan.


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