¿De dónde saca usted
tiempo y energías suficientes para poder hacer todo lo que
hace?
Tiempo existe cuando hay interés en lo que se quiere y en
lo que se puede. Porque el ocio no es perder el tiempo sino el emplearlo,
usarlo, apurarlo.
En los medios de comunicación
le ha tocado representar un personaje dialéctico, incisivo
y estirado que puede resultar antipático: ¿Se esfuerza
mucho para dar credibilidad al papel o es usted así?
Siempre hay un personaje y una persona. La imagen pública
y concretamente el personaje, que se dramatiza en un programa
de televisión en el que se asume un papel, no necesariamente
se corresponde con la persona.
¿Cuál es el proceso
para pasar de ser un arriesgado reportero de guerra a colaborar
en Crónicas Marcianas? ¿Representa usted las dos
caras de la moneda mediática?
Siempre fui el mismo, como reportero de guerra o en presencia
de cualquier programa de televisión. Lo que a mí
me incumbe es lo que yo realizo, cada cual es tributario de sus
propios hechos, no de los ajenos. Crónicas Marcianas, en
sus inicios, era la continuidad en televisión de un espléndido
programa de radio prestigiado y prestigioso. Ahora es un programa
masivamente seguido en el que ciertamente ni yo ni mis ideas tenemos
cabida.
Usted podría defender a
Sadam Hussein y hacer que lo absuelvan. ¿Hay algún
caso que no aceptaría por principios?
La defensa no es un proceso milagroso sino lógico. Y de
un pozo seco no se puede sacar agua. Dicho esto, nunca he defendido
ni defenderé causas en las que se enjuicien personas acusadas
de tráfico humano (proxenetismo o inmigración),
tráfico de drogas o terrorismo.
Usted conoce bien la realidad
de los países del sur y es especialista en derecho mercantil.
¿Es el mercado la caja de Pandora?
El problema no es tanto el mercado, entendido como un hecho global,
sino la progresiva exclusión del mundo de zonas completas
de la geografía. Hay un primer mundo (USA, Europa Occidental,
Japón y los tigres emergentes), hay un segundo
mundo (sudeste asiático, China y segmentos de Iberoamérica),
y hay un tercer mundo de desesperanza absoluta que es el Africa
al sur del Sahara. Como me dijo en una ocasión un Ministro
africano: la tragedia no es que nos exploten, es que nos
ignoran.
¿Puede el derecho defendernos
de la plutocracia mundial, podrá ocuparse algún
día de defender la vida del mar, por ejemplo, frente a
los intereses mercantiles de las oligarquías mundiales?
La única defensa frente a la explotación, que ya
existe, es la sensibilidad social. La presión de la ciudadanía
es una eficacísima arma que impide que el mundo de los
negocios sea no la voz más importante (que lo es), sino
la única exclusiva y excluyente (que no lo ha conseguido
y cada vez lo conseguirá menos).
Dicen
que la balanza de la justicia se inclina por el oro... ¿Ha
tenido dilemas entre ganar un juicio y buscar hacer justicia?
Como Abogado defensor mi función no es el establecimiento
de la justicia, eso es responsabilidad del Tribunal que dicta
sentencia y del Fiscal que tiene que adecuar su acusación
a la legalidad. El Abogado defensor es exclusivamente el vehículo
técnico que expone al Tribunal las mejores razones del
acusado.
Conoce el universo y conócete
a ti mismo: Usted conoce mucho mundo...¿Es usted apolíneo
o dionisiaco? ¿Es el mundo un desconocido para el mundo?
Cualquier proceso de conocimiento es comprender mejor los límites
de la propia ignorancia. Viene a ser como avanzar desde el punto
estrecho del embudo: cada vez el horizonte es más extenso.
Conocer es determinar todo lo que se desconoce. Nunca han existido
tantos datos, tanta intercomunicación mundial, lo que nos
lleva a determinar que nunca hemos sido o podemos ser tan conscientes
de comprender todo aquello que se ignore.
Imagine que ahora el mar es su
cliente: ¿Cuál sería su línea principal
de defensa?
Que no hay mejor negocio que defender la calidad de vida. Que
maltratando los océanos, las aguas, estamos agotando el
mayor capital que existe. Que el mar es la regulación de
nuestra temperatura global, la más compleja biomasa que
existe en el planeta y que es una pésima desinversión
el destruir semejante activo con una miope sobreexplotación
o contaminación
Llegó tarde al mundo del buceo, pero llego bien. ¿Le
relaja no tener que discutir con los peces?
Bucear es volar en un medio más denso que el aire, que
es el agua, es una gravedad (ingravidez), es un sonido difuso.
Lamentando haber llegado tarde, disfruto el hacerlo cada vez que
puedo.
Fuera de bromas, haga un poco
de fiscal y acuse al buceo de algo
Que no sea posible permanecer por lo menos cuatro horas al día
a cota menos 30. Debería estar prohibido el nitrógeno
residual, lo considero plenamente inconstitucional.
¿Qué tiene bucear
que no tenga volar, ascender a una gran montaña o explorar
una selva?
Bucear es exactamente igual que volar con la ventaja de que es
mucho más extenso y también más intenso.
Y menos agotador que ascender a una montaña y se evita
el sudar por todos los poros de la piel, como cuando nos adentramos
en una selva tropical.
¿Cuál ha sido su
última experiencia inolvidable bajo el agua?
Bucear en los extraordinarios pecios de la isla de Gran Canaria.
Aguas cristalinas, cardúmenes de peces envolviendo el casco,
una temperatura de agua casi caribeña y unas experiencias
tan positivas bajo como sobre cota cero.
¿Qué piensa hacer
este año vestido de neopreno?
Conocer los fondos de la costa occidental del continente australiano,
la costa menos conocida (es el extremo opuesto a la gran barrera
de arrecife), pero con la concentración de vida pelágica
más diversa que se puede encontrar.