¿De dónde saca usted
tiempo y energías suficientes para poder hacer todo lo que
hace?
Tiempo existe cuando hay interés en lo que se quiere y en
lo que se puede. Porque el ocio no es perder el tiempo sino el emplearlo,
usarlo, apurarlo.
Habiendo nacido en Las Palmas iniciarse
en el enamoramiento de la mar no habrá sido difícil.
¿Cómo fueron tus primeras experiencias?
Mis primeras experiencias fueron hace muchísimos años,
cuando todavía era un adolescente y descubres por ti mismo
que hay un aparato que conectado a una bombona
te permite respirar debajo del agua. Luego, con los años,
alguien te dice que hay una cosa que habla sobre la presión
parcial de los cuerpos y que existen términos como descompresión
e irresponsabilidad y entonces decides que es el momento
de hacer un curso.
¿En Guinea Bissau había
mucha madera? ¿Cómo se te ocurre marcharte de casa
a los 17 años?
Ufff, ahora no me lo explico, o, mejor dicho, las explicaciones
que yo daba antes ya no me convencen ni a mí. Pero supongo,
que la sangre cuando te hierve dentro anula el raciocinio y uno
actúa empujado por el corazón. De todas formas,
no me arrepiento de haber pasado parte de mi juventud trabajando
duramente en medio de una selva y aprendiendo muchas cosas que
no las hubiera conocido nunca en un mundo como el nuestro.
Periodismo de guerra y de investigación...A
parte de una cicatriz en el cuello y otras más profundas
que no se ven, ¿qué sacaste en limpio
de esa etapa?
Muchas cosas, pero no todas positivas. Entre otras, que cuanto
más grande es el caos, más cerca está la
solución y que la humanidad está pagando un precio
muy alto por su evolución. La sociedad está prestando
más atención a unas cosas concretas, a costa de
dejar a un lado las que realmente son importantes. Ah! y otra
cosa, que efectivamente las cicatrices que más te dejan
marca son las que no se ven, las que quedan marcadas en el corazón.
¿Cómo empezaste
a compaginar tu profesión con tu afición?
Pues hace algo más de tres años, cuando conseguí
levantar el pie del acelerador de mi carrera de periodismo y me
di cuenta que el secreto del éxito es hacer las cosas que
para ti son realmente importantes, al margen de lo que piense
tu entorno. Antes vivía centrado en informar, en contar
a los demás la actualidad de la vida. Ahora, con mis libros
y con mis reportajes, intento hacer algo más, que es mentalizar
a la sociedad que debemos cuidar más nuestro planeta y
nuestros mares. Que nuestra forma de vida está acabando
con los maravillosos ecosistemas que nos ofrece nuestro maltratado
mundo.
¿El periodista, el explorador
y el escritor tienen el mismo punto de vista?
Hubo un tiempo en el que no, pero hoy sí. En la actualidad
absolutamente todo lo que hago, ya sea artículos de prensa,
libros de viajes de buceo, organizar expediciones a los lugares
más remotos, etcétera, tienen un mismo objetivo
y un único punto de vista: Poner mi granito de arena para
intentar hacer algo por el medio ambiente y para ello uso mis
únicas herramientas: la escritura y la fotografía.
¿Cuando
estás ahí abajo puedes creer que ese mundo es el
mismo mundo que vemos en las noticias diarias?
No. Estamos hablando de dos dimensiones diferentes. Yo encontré
el mar huyendo de la vida cotidiana. Cada vez que buceo me encuentro
conmigo mismo. Es como si mi verdadero yo viviera continuamente
bajo el agua esperando los encuentros esporádicos con mi
cuerpo, que tiene una existencia más mundana.
¿Hasta qué punto
los periodistas deformamos la realidad con nuestra parcialidad?
El periodismo objetivo no existe y quien diga lo contrario o miente
o no sabe que es esto. Los periodistas siempre nos debemos a algo
o a alguien, a una idea, a un interés social, económico
o humanitario. Todos vemos la realidad desde un prisma concreto
y esa realidad no será la misma para todo el mundo. Querer
hacer un periodismo imparcial es muy difícil. Sin ir más
lejos, hace apenas unas semanas, la responsable de una agencia
de viajes muy conocida de este país, tras leerse mi libro
sobre el buceo en Sudáfrica (Santuario Raggie), en el que
se habla de las condiciones tan duras de buceo que ofrece este
lugar, me amenazaba con que el Gobierno Sudafricano podía
prohibir la publicación del libro porque iba en contra
del turismo, ya que el contar las cosas así podía
echar para atrás a muchos buceadores. Si yo tuviera patrocinadores
relacionados con el turismo para editar mis libros, a lo mejor
me vería obligado a suavizar mi visión del buceo
en este país, que dicho sea de paso es apasionante. Pero,
por suerte, mi editora, Deep Blue Vídeo, está de
acuerdo en que hay que contar las cosas tal cual las vemos nosotros.
Háblanos
de Canarias, de sus fondos, de sus amenazas...haznos un pronóstico
Es un lugar privilegiado para el buceo. Sus fondos albergan una
increíble diversidad de fauna: más de 300 especies
de peces, cinco de ellas autóctonas, más de 3.000
especies de invertebrados y alrededor de 600 algas diferentes.
Sin embargo, entre todos debemos conocer que este paraíso,
al igual que muchos, peligra a causa del hombre. La sobreexplotación
de los recursos pesqueros está provocando desequilibrios
en el ecosistema y favorece la expansión del erizo Diadema
antillarum, lo peor de los fondos marinos, que está acabando
con su cobertura vegetal y animal. Además, también
está la amenaza de la producción excesiva de aguas
residuales. Debemos poner fin a esto, ya que el futuro económico
de las islas depende de la conservación de su medio ambiente.
¿Lo de escribir libros
de viajes lo haces para tener un pretexto más para viajar?
¿Se me nota mucho? En realidad es sólo una excusa
para viajar y para estar más cerca de aquellas cosas que
realmente me interesan. Un día me vi con un montón
de material fotográfico y con experiencias de buceo y decidí
compartirlas con el que las quisiera ver y oír. Por eso,
surgió la idea de escribir estos peculiares libros de viajes.
¿Qué pretende comunicar
un divingbook?
Lo primero, no queremos dejar ningún cabo suelto, o por
lo menos lo pretendemos. Junto a mi socio Jorge Keller, el responsable
de ese DVD que acompaña a los libros, intentamos dar las
imágenes más representativas de esos fondos marinos,
además damos mucha información sobre la fauna y
las peculiaridades del buceo en ese lugar que no en todos los
sitios se bucea igual- y, además, lo adornamos todo con
experiencias y anécdotas muy personales que nos han pasado
durante nuestros viajes. Así, podemos decir que además
de informar y hacer disfrutar con la lectura, los divingbooks
son un alegato a la protección y conservación de
nuestros maltratados océanos.
¿El videosub y tú,
tenéis un guión o vais por libre y luego juntáis
las piezas?
En principio, existe un guión y hacemos propósito
de enmienda de seguirlo a rajatabla, pero como buenos latinos,
al final, terminamos improvisando debajo del agua. Cuando juntamos
el material, yo veo en vídeo lo que me he perdido y Jorge
Keller hace lo mismo con las fotos. Por eso, estamos convencidos
que el libro y el DVD se complementan y si falta uno de estos
dos elementos, la obra está incompleta.
¿Sabiendo
que eres periodista te tratan mejor en los destinos por aquello
de que les pongas bien?
Lamentablemente..., si. El trato no es el mismo y yo tengo suerte
porque habitualmente sólo me encuentro buenas caras y toda
la predisposición del mundo, pero sé de buena fe
que el trato en los centros de buceo no siempre es el mismo. Es
triste, pero es así, en esta vida pocos son los que se
mueven sin intereses.
¿Qué momento del
día eliges para escribir? ¿Escribes durante el viaje
o al regresar?
Mejor a primera hora de la mañana. Entre las 8.30 y las
12 de la mañana, cuando todavía no ha llegado nadie
a la redacción de mi periódico. En los viajes, lo
único que hago es coger notas y documentarme.
Una inmersión inolvidable...
Las Palmas. 24-ago-1997. 28 grados, 9 minutos latitud norte. 15
grados, 23 minutos longitud Oeste. El cielo se abrió y
el mar se paró respetuoso para recibir las cenizas de mi
hijo. Sin embargo, para mi sigue siendo un día gris....
Las burbujas de mis compañeros surgían del azul
unos metros más abajo, mientras me descolgaba pensativo
por el cabo del ancla. Me esperaban a 27 metros junto a una de
las bodegas del Kalais para comenzar la ceremonia. Desenfundé
mi cuchillo y hundí su cortante hoja en la bolsa de las
cenizas...., la esencia de Javier se vertió polvorosa sobre
cubierta. Durante nuestra visita, cientos de plateadas fulas bailaron
caprichosas sobre aquél viejo carguero hundido. Ninguno
de nosotros recordaba unas condiciones tan óptimas para
el buceo por aquellas profundidades. El mar, un plato, las corrientes
submarinas desaparecieron en señal de duelo y la vida animal
surgió repentina del azul. Dicen que el alma de mi hijo
está ya en el cielo, yo no lo creo, desde hoy, al igual
que sus restos, su espíritu está en el mar. El Kalais
tiene ya un nuevo grumete a bordo...