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Como fue su primer encuentro con el buceo?
Mi afición por el medio acuático comenzó
desde muy temprana edad. Leía cuanto caía en
mis manos sobre este tema, interesándome a su vez la
tecnología naval, los barcos y subyugándome
sobre todo el submarino. Yo ya estaba aproado hacia lo subacuático,
pero lo que realmente me proyectó hacia el buceo fue
el fatal accidente del hundimiento del submarino C-4 en verano
del 1946 en aguas de Mallorca.
Me faltaban dos años para ir a la mili por Marina y,
en mi mente ya se fraguaban ideas y preguntas tales como:
¿quién puede hacer un salvamento en estas circunstancias?,
y aunque es este caso se trataba de más de 300 metros
de profundidad y otras múltiples dificultades, siempre
pensé que esto los podían hacer los buceadores
con sus correspondientes medios. Esperé dos interminables
años y al final conseguí entrar en la Escuela
de Buzos de la Armada.
¿Por qué una
vida dedicada al buceo, qué es lo que más le
atrae de esta actividad?
Sin embargo lo que más me ha atraído
y ha calado en mí, desde siempre, es la satisfacción
de poder penetrar en el mundo hostil de las profundidades,
realizar un cometido muchísimas veces en solitario
y la necesaria superación para mejorar los conocimientos
en este apasionante tema, donde creo quedan muchísimos
detalles por mejorar.
¿Qué
ha ganado el buceo en todo este tiempo?
En el plano profesional, la tecnología subacuática
ha desarrollado una importante fase experimental traducido
con resultados sorprendentes.
En cuánto al buceo recreativo es posible que la mayor
ganancia estribe en el gran número de personas que
hoy practican el buceo, generando un abultado volumen de negocio
alrededor de la industria del buceo. También el buceo
recreativo ha ganado el nivel de conocimientos y en su aplicación
a diferentes actividades.
¿Hacia donde evolucionan
los distintos sistemas de enseñanza?
Los diferentes sistemas de enseñanza estimo
que evolucionan, en principio, hacia una formación
integral de buceador de cualquier nivel, concediéndole
una mayor participación personal mediante una amplia
fase de preparación teórica, utilización
de medios audiovisuales, conceptos de formación continuada
por niveles, prácticas y tareas bajo el control del
instructor y valoraciones de conjunto.
¿Llegarán a
integrarse todos los sistemas, al menos en lo esencial, normalizando
la enseñanza universal del buceo?
En lo que respecta a Europa creo que es de dominio
público el que exista un comité europeo de Normalización
del buceo.
¿Qué
retos tendrá que afrontar el buceo en el futuro?
La tecnología avanzada dentro de la industria
del buceo puede ser impredecible. Hoy se está hablando
de nitrox, de mezclas binarias de helios, mezclas ternarias
o trimix, de profundidades superiores a los 75 metros, catalogado
todo ello como buceo técnico. No sé puede predecir
si mañana buscaremos con hidrox, ni si los ordenadores
sean capaces de prevenir cualquier snap (síndrome nervioso
de la alta profundidad). De cualquier modo el hombre es fuerte
inagotable de recursos y podrá afrontar cualquiera
de los retos que se le impongan. Pero ¿qué ocurrirá?
que como buceador recreativos perdiéramos al aliciente
del placer que proporciona la inmersión tranquila a
razonable profundidad y tiempo, sin complicaciones, gozando
de las maravillas del mundo submarino, y por ello el reto
lo imponga el propio buceador.
Cómo uno de los más
veteranos buceadores del país, ¿ qué
aconseja a las nuevas generaciones de buceadores?
Mi consejo es, que en
principio consigan una sólida formación que
sean buceadores responsables, respetando en todo momento las
normativas de seguridad y los parámetros impuestos
por el tipo de inmersión que realicen, sin olvidar,
en ningún momento, el respeto al medio en que se sumergen.
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