La
inteligencia nos colocó en la cumbre de la pirámide
depredadora, ¿se ha equivocado la evolución
condenando al planeta? ¿qué ha salido mal?
El hombre ha experimentado un crecimiento demográfico
formidable. Se estima que hace diez mil años la población
mundial era tan sólo de 4 millones de habitantes. En
los tiempos de Jesucristo había aumentado hasta los
170 millones, pero hacia 1900 ya se alcanzaban los 1.700 millones.
Hoy somos unos 6.000 millones y las previsiones son de que
cada década se incremente esta cifra en 1.000 millones
de personas más. La gran pregunta es cómo puede
conciliarse este crecimiento, y las necesidades de espacio,
materiales y alimento que genera, con la conservación
del entorno natural.
¿No son los propios
pescadores, al igual que ocurre con los cazadores, los primeros
interesados en conservar la fauna?
Efectivamente, habrían de serlo. No obstante, la percepción
que el hombre tiene del medio terrestre y del medio acuático
es muy distinta. Las consecuencias de los impactos que se
producen en tierra firme son claramente visibles, mientras
que el mar es opaco y los daños que en él se
producen son menos aparentes o sólo se notan a largo
plazo.
En el caso de la pesca, además, esta situación
se agrava pues no existe la posibilidad de acotar como sucede
comúnmente con las especies cinegéticas en tierra
firme. El pescador no es propietario de una parcela de mar;
cualquiera puede ir allí a pescar y esto conduce a
una actitud de que lo que no pesque yo, lo pescará
el vecino. De esta manera a nivel individual se hacen
difíciles, o como mínimo raras, las actitudes
conservadoras.
La responsabilidad de la gestión de los recursos pesqueros
no puede dejarse en manos de los pescadores, sino que debe
ser asumida por las administraciones, que sí disponen
de tecnologías que permiten comprender los impactos
causados en los recursos y diseñar estrategias globales
de conservación. En pesca, las decisiones individuales
no sirven y cualquier medida debe ser siempre comunitaria.
Que
opinas de la afirmación: Quizás debamos pasar
de la moral conservacionista a la economía
conservacionista.
Es una afirmación extremadamente peligrosa. En muchos
casos el medio ambiente no tiene un valor que podamos, al
menos hoy en día, medir con baremos económicos.
Por ejemplo, el calentamiento global o la disminución
en la capa de ozono tendrán sin duda consecuencias
económicamente negativas para las sociedades afectadas,
pero la dimensión y alcance de éstas es impredecible
e incuantificable, por lo que no pueden diseñarse medidas
preventivas teniéndolas en cuenta. Los modelos economicistas
son de alcance limitado y restringidos a mercados concretos.
Las consecuencias de una mala conservación del medio
ambiente son globales o, como mínimo, exceden ampliamente
el ámbito de los mercados económicos.
¿Cómo hacer
compatible el desarrollo agrícola masivo con la no
contaminación de acuíferos?
La compatibilidad es difícil, pero necesariamente pasa
por el uso de técnicas agrícolas menos agresivas.
Los pesticidas persistentes deberían desaparecer totalmente
del mercado y los fertilizantes y abonos deberían utilizarse
de una manera limitada. La diversificación de cultivos
atenúa también en gran medida los impactos que
comúnmente se asocian al monocultivo extensivo.
¿Sigue
siendo el mar la despensa de la humanidad?
El mar tiene una capacidad limitada. Si excedemos esta capacidad
y extraemos más de lo que se produce, como está
sucediendo en muchos caladeros en la actualidad, la consecuencia
obvia es que se colapsarán los recursos. En algunas
localidades y con algunas especies comerciales esto ya ha
pasado, pero en el futuro próximo los casos de recursos
que deban cerrarse a la explotación se harán
mucho más frecuentes.
Globalmente, en los últimos cincuenta años,
la cantidad de productos de la pesca se ha multiplicado por
cinco. Parte de este aumento ha sido por una mejora en el
aprovechamiento de lo que se pesca y por la extensión
de la actividad a regiones previamente no explotadas, como
las aguas polares y los trópicos. Pero, también,
en buena medida, este aumento es consecuencia de la progresiva
sobre-explotación de los recursos tradicionales. Esta
tendencia no puede progresar indefinidamente y se debería
llegar a una estabilización, y en algunos casos a una
reducción, de los volúmenes de pesca extraídos.
Qué opinas de la afirmación: Miles de instituciones
no han sido capaces de convencer al coloso americano que deje
de calentar el planeta...
La economía norteamericana se fundamenta en un consumo
exacerbado. Poner un freno a este consumo es frenar la economía,
y esto es algo que preocupa a una sociedad materialista como
la americana. Desde luego, la arrogancia y el perfil ideológico
de Bush no ayudan a encauzar las cosas...
¿Cuál es el
futuro inmediato de los mares y costas españolas? ¿Cuáles
son los principales retos ecológicos de nuestras costas?
A veces se es demasiado alarmista. Es falso que el Mediterráneo
esté a punto de morir, como se repite frecuentemente.
La salud de los mares que nos rodean es buena, si bien el
Mediterráneo sufre niveles de contaminación
excesivamente elevados, en especial por compuestos químicos
del tipo de los organoclorados (DDT, bifenilos policlorados,
dioxinas, etc.), y algunos recursos pesqueros están
sobre-explotados. Si se disminuyera la presión pesquera
y se regulara el vertido de productos tóxicos, la situación
de nuestros mares mejoraría rápidamente. El
litoral ya es otra cosa. Lamentablemente, el turismo y el
desarrollo urbano han destruido el 80% de nuestra franja costera,
y esto tiene difícil remedio.
¿Qué
especies se hallan hoy más fuertemente amenazadas en
nuestras aguas y qué se está haciendo para protegerlas?
Dejando a parte algunas especies que han sido o están
siendo explotadas comercialmente de manera excesiva, como
ciertos túnidos o el coral, el grupo de animales que
sin duda sufre de manera más clara el impacto humano
son los mamíferos marinos (focas, delfines y ballenas).
La Dirección General de Conservación de la Naturaleza
del Ministerio de Medio Ambiente tiene diversos programas
para asegurar su conservación. Así, ha puesto
en marcha proyectos para atenuar o evitar los conflictos de
los delfines con la pesca y está realizando un estudio
de identificación en el Mediterráneo, la región
con mayores problemas de conservación, de las zonas
marinas que deben protegerse para asegurar la conservación
de estos animales. Por otra parte, la Universidad de Barcelona
y la Generalitat de Cataluña han creado recientemente
el Banco Medioambiental de Tejidos Biológicos, donde
se conservarán tejidos de las especies marinas amenazadas
con la finalidad de evitar pérdidas irreversibles de
variantes genéticas hoy raras.
¿Cuál es tu
parecer sobre la actitud de los buceadores en el fondo del
mar sobre las especies?
Los buceadores, al igual que el resto de usuarios del medio
marino, tienen una responsabilidad en su conservación.
Las prácticas agresivas, como la pesca subacuática
o la extracción de especies, ya sea para consumo, coleccionismo
u otras finalidades, deben limitarse en lo posible y, desde
luego, realizarse ajustándose a la normativa. Por otra
parte, el buceador debe vigilar no sólo el impacto
que puede causar durante la inmersión, sino también
el asociado a otros elementos de su actividad. Por ejemplo,
debe evitar el fondeo en praderas de Posidonia, el vertido
de basuras, la contaminación por las embarcaciones
que utiliza, etc.
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