ENTREVISTA
 
ROB STEWARD /Biólogo y defensor de los tiburones

 

“Nuestra ignorancia es el peor
enemigo de los tiburones”


Rob Stewart, buceador, biólogo marino y amante de los tiburones, ha sido noticia recientemente por ser el productor y protagonista de Sharkwater, una película que muestra el lado amable de estas increíbles criaturas marinas y que desea ser un elemento de apoyo en la lucha a favor de conservar esta especie amenazada.
Nacido en Toronto, Canadá, Rob comenzó su viaje como fotógrafo submarino a los 13 años y a los 18 ya era instructor trainer cuando comenzó sus estudios de biología en Ontario, Jamaica y Kenia. Antes de comenzar su documental Sharkwater, estuvo cuatro años viajando como fotógrafo jefe de la Federación Canadiense de Revistas de Vida salvaje y como galardonado fotoperiodista independiente. Dirigiendo expediciones a las más remotas áreas del planeta, Stewart adquirió miles de horas de experiencia buceando con las últimas novedades tecnológicas en rebreathers y cámaras.
A los 9 años tuvo su primer contacto con tiburones, y a los 22, recién graduado en biología marina, se embarcó en un proyecto cuyo objetivo era hacer un documental sobre la belleza y la importancia del tiburón, el depredador por excelencia de los océanos. “El ser humano ni siquiera es consciente de que está acabando con los tiburones, una especie vital para el equilibrio de los ecosistemas marinos, y para la propia supervivencia del planeta”. Tras cuatro meses de filmación, de haber recorrido varios mares y haberse enfrentado al dengue y a la tuberculosis, Rob Stewart se encontró con que apenas tenía imágenes para cubrir cinco minutos del documental, y lo único con lo que contaba era una deuda de más de 300.000 dólares. Entonces apareció en el horizonte Sea Shepherd y Paul Watson y se encontró de frente con una realidad acuciante que está poniendo en peligro de extinción a los tiburones: el “shark finning” o la práctica insostenible de capturar a estos animales, cortarles las aletas y desechar el resto del cuerpo, todavía agonizante, al mar. Junto a Paul Watson y su tripulación a bordo del Farley Mowat, dedicada a denunciar y detener la matanza indiscriminada, no solo de tiburones, sino de ballenas, focas y otras formas de vida marina, Rob se dio cuenta que se imponía dejar a un lado el documental y contar en primera persona por qué los tiburones están el peligro de extinción.
“Creo que la ignorancia es el principal obstáculo. Lo que quiero que entienda la gente cuando vea la película es que están matando a un amigo sin saberlo, y que con ello están poniendo en peligro la propia supervivencia de los océanos y del planeta”, comenta Rob Stewart.


¿Cómo fue su primer encuentro con tiburones?

Era sólo un crío. Estaba buceando con unas gafas y un tubo. Había deseado ver un tiburón toda mi vida y había leído libros a cerca de ellos. Los había visto en la tele y me parecían los animales más interesantes de la tierra. Di la vuelta al arrecife y vi uno. Estaba totalmente impresionado al ver una criatura tan grande, poderosa y perfecta.

¿Por qué dedicarse a salvarlos? ¿Qué les hace tan importantes?
Las especies que han evolucionado estos últimos 400 millones de años han sido modeladas por sus depredadores, los tiburones, dando forma a sus conductas, camuflajes, velocidad, tamaño y comunicaciones. Ellos han sobrevivido a las cinco mayores extinciones, pero ahora son ellos los depredados. Muchos países no tienen tiburones porque los han aniquiladoilegalmente para extraerles las aletas, y ahora los pescadores están pescándolos para otros países que dependen de los tiburones para comer. Pero nadie quiere salvarlos, la gente los teme. Se hacen reportajes especiales tipo “El verano del tiburón” reflejando sus ataques.

¿La imagen de la película Tiburón le molesta?
Me fastidia mucho. Entiendo de dónde viene esa imagen, ya que un tiburón peligroso da dinero y vende periódicos. Si te dicen que un tiburón es precioso, perfecto y maravilloso y no quiere atacarte, sólo será noticia una vez. Pero si te dicen: “Ataque de tiburón. Ataque de tiburón...”· Eso es noticia una y otra vez. Es ridículo, pero sabes que ellos están jugando con los temores de la gente. La mitad de las veces se trata de un pequeño tiburón que accidentalmente muerde el pie de alguien. Podría haber tenido la misma herida pisando un trozo de vidrio. Es un a locura como los medios tratan el tema y el daño que han hecho a los tiburones. Es ridículo, porque muy poca gente resulta mordida.

¿Cuándo empezaste a pensar en hacer un documental?
Estaba trabajando como fotógrafo naturalista y había hecho una serie de artículos diversos para algunas revistas importantes a cerca de lo que les estaba sucediendo a los tiburones alrededor del mundo, después de descubrir la pesca ilegal para cortar aletas en las Galápagos. Creamos una cuenta para que las personas que leyeran los Artículos hicieran donativos para pagar una patrulla en las galápagos. Prácticamente no recibimos dinero. Pensé que debería haber otro modo mejor de llegar a la gente. Los medios impresos claramente no son los más impactantes que podía usar. Así que me dije: ¿por qué no hago una película? Nunca había manejado una cámara antes, sólo estaba decidido a hacer una película. Encontré algunas personas que me prestaron dinero para alquilar algunas cámaras y pude empezar.

¿Cómo fue el rodaje?
La película fue en muchas direcciones inimaginables. Cuando empecé no sabía nada a cerca del cine o de cómo rodar. Así que empecé pensando en hacer sólo una bonita película sobre tiburones. Y entonces comencé el viaje con la organización Sea Shepherd y el mundialmente conocido Paul Watson, y todo lo que pudo ir mal fue mal. Chocamos con un pesquero de tiburones en Guatemala que nos persiguió hasta fuera de Costa Rica. No me metí al agua el primer mes, así que mis sueños documentales submarinos disminuyeron radicalmente. Entonces decidí de repente que eso fuera una historia desenfadada y decidí filmar todo lo que iba sucediendo.

Háblanos sobre el comercio de aletas
Los tiburones son capturados por sus aletas. Los pescadores les cortan las aletas y los tiran por la borda aun con vida. Las aletas se venden para hacer sopa y aunque muchos países han prohibido esta práctica, millones de tiburones son ilegalmente masacrados cada año. Cuando llegamos a Costa Rica, la tripulación del Sea Shepherd fue arrestada por intento de asesinato por el choque, a pesar de que el presidente del país nos invitó allí. Todos los implicados se preguntaban por qué todo el sistema judicial estaba atacándonos. Mientras, en tierra, firme tuvimos la oportunidad de conocer más acerca del negocio de las aletas de tiburón. Un negocio ilegal en Costa Rica, pero en toda Asia se conoce que las aletas vienen de Costa Rica. Encontramos a alguien que creía que había una conexión entre la mafia de Taiwan y todas las aletas que aparecen en Asia. Investigamos un poco y descubrimos, gracias a esta persona, un par de sitios donde vendían aletas. Descubrimos aletas por todas partes, había miles de operaciones de venta y cientos de aletas secándose en los tejados y personas transportándolas. Imaginamos enseguida que había una gran cantidad de dinero entrando en el país y una economía sumergida multimillonaria.

¿Os pusisteis nerviosos?
Sí, por supuesto. Hasta salimos por piernas. Los operarios vinieron hacia nosotros con sus pistolas y tuvimos que correr. Me hubiera gustado poderme quedar, tener pelotas para seguir filmando. Tuvimos que montar en los coches y salir pitando. Después, el guía nos comentó que la mafia andaba buscándonos y que no era buena idea dejarnos ver por la ciudad.
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