ENTREVISTA

FOTOS: ZOEA

JuanPablo Camblor /Director técnico de ZOEA
“Interesa incorporar educación ambiental en la formación del submarinista”

Biólogo con experiencia en dirección y gestión de proyectos ambientales en entorno marino, JuanPablo Camblor ha participado en proyectos de Evaluación de Impacto Ambiental, análisis del medio físico y de Planificación Territorial. Cuenta con una amplia experiencia investigadora trabajando durante cuatro años para la Unión Europea en Italia. También es cámara subacuático profesional, instructor de buceo recreativo y científico, y Director técnico de ZOEA, Difusión e Investigación del Medio Marino, S. L. Su último trabajo ha sido embarcarse en la expedición del Oceana Ranger.

¿Cuál ha sido el recorrido de la travesía del Oceana Ranger?
La expedición del Ranger desde el Pacífico hasta el Mediterráneo forma parte de un proyecto de gran envergadura y de largo plazo diseñado por Oceana.
Nunca antes en Europa se había puesto en marcha un trabajo no gubernamental tan ambicioso en el terreno de la protección de los océanos. Sin embargo se trata de una iniciativa promovida desde España y debemos darle la importancia que se le ha reconocido en otros paises.
Esta expedición transoceánica ha invertido seis meses para realizar campañas de documentación en áreas marinas de alto valor ambiental: Hemos visitado las zonas de reproducción de ballenas en el Mar de Cortez, las islas oceánicas del Coco y Coiba en el Pacífico Oriental, las reservas de la biosfera en las costas centroamericanas, los arrecifes coralinos en el Mar Caribe, el Mar de Los Sargazos en el enigmático Triángulo de las Bermudas, hemos dedicado 17 días para cruzar el Atlántico y hemos buceado en volcanes y montañas sumergidas en las Islas Azores y en las costas ibéricas de Portugal.


¿Se han cubierto los objetivos perseguidos?
Necesariamente, los objetivos de un proyecto como este son muy numerosos y de naturaleza muy variada. El grado de cumplimiento no puede ser reducido a una respuesta breve, ya que afectan a muchos participantes de departamentos distintos y a materias dispares. Muchas de estas metas no trascienden públicamente pero son tan importantes como los objetivos científicos y divulgativos como, por ejemplo, conocer la dinámica del grupo en el terreno de la psicología o lograr la puesta a punto de tripulaciones y de infraestructura náutica.
Sin embargo, se puede decir que los objetivos generales han sido plenamente conseguidos.

¿Cuántos miembros de ZOEA han participado en el proyecto y cuál ha sido su cometido?
Hemos estado embarcados tres miembros de ZOEA: Soledad Esnaola, licenciada en Ciencias del Mar, Inés García y yo, biólogos.
Nuestras funciones fueron definidas en reuniones con el director de Oceana Europa, Xavier Pastor. Consistían en el mantenimiento del laboratorio abordo, la asesoría científica para la redacción de informes y para la participación en ruedas de prensa y la integración en el equipo de imagen submarina dirigido por Mar Mas. Dependíamos directamente del Jefe de Campaña, Carlos Pérez.

¿Personalmente qué es lo que más te ha entusiasmado de esta aventura?
La integración en un equipo multidisciplinar formado por personas de distintas nacionalidades y con formación muy heterogénea. La colaboración con organismos, universidades e instituciones prestigiosas en el terreno de la protección ambiental. Conocer lugares remotos y bucear en destinos no accesibles al turismo. La navegación oceánica, las tormentas tropicales, la selva, los encuentros con cetáceos, el firmamento en ausencia de contaminación lumínica, las historias de marinos durante las guardias. La convivencia y la sincera amistad entre tripulantes.

¿Qué incidencias crees que tendrán vuestros informes en la toma de decisiones que afectan a la conservación de los mares?

Las organizaciones como Oceana constituyen grupos de presión que apoyan sus propuestas en informes y proyectos como éste que pretenden, entre otros objetivos, influir en las políticas sectoriales para mejorar la gestión de los recursos marinos.
Frecuentemente este proceso no es inmediato pues las decisiones que afectan a la protección de los mares suelen interesar también a diversos grupos de presión que valoran otros factores por encima de la sostenibilidad ambiental.
Desconocemos la incidencia a corto plazo que pueda tener este proyecto en la toma de decisiones, pero es el modo habitual en el que se trabaja en este sector.

¿Cuál es el aspecto más duro de una experiencia como la del Oceana Ranger?
Sin duda, estar separado tanto tiempo de Luz, mi hembra y de Marina, Adrián y Antela, mis cachorrillos.

¿Cómo era un día en el Ocean Ranger?
Los miembros del equipo de imagen podemos pasar el día con una intensa actividad subacuática sin salir apenas del agua, o también cubriendo en tierra algun evento en el que participa la organización. Otras veces pasamos largas jornadas frente al ordenador minutando y, documentando el material grabado. Durante las travesías realizamos guardias y labores de marinería como el resto de la tripulación.

¿Vais a continuar con este tipo de seguimiento de la salud del la vida marina?
Oceana inicia ahora una segunda etapa de trabajos con el Ranger. En estas semanas, ha navegado hasta Córcega para documentar la pesca con redes de deriva y en estos días se encuentra de vuelta en aguas territoriales españolas para una nueva campaña sobre la captura accidental de tortugas en los palangres. ZOEA mantiene su vinculación con estas y otras iniciativas relacionadas con la protección de los recursos marinos.

¿Se ha llegado a un punto de inflexión en la conservación o seguiremos la inercia destructiva hasta el agotamiento total de los recursos marinos?
En los paises occidentales cada vez existen más y mejores leyes para la protección de los mares, obviamente no es suficiente (sobretodo en los temas relacionados con el crecimiento urbanístico litoral y la sobrepesca) pero pienso que la tendencia es en esa dirección. Ahora es necesario que esta corriente proteccionista alcance también países menos desarrollados y aguas internacionales. Los datos de disminución de riqueza y diversidad biológica en el mar son ya incostentables, la opinión pública también está claramente definida a favor de posturas proteccionistas. En este siglo se corregirá la deriva hacia la explotación irracional que se ha practicado en el siglo XX.

Desde el punto de vista de la biología ¿hay mucho por descubrir en los océanos?
Se conocen sólo los rudimentos de los procesos ecológicos y las tramas energéticas que mantienen el equilibrio en los ecosistemas marinos. Los ciclos biológicos de muchas especies conocidas permanecen sin definir ni explicar. Los métodos de explotación de las energías que gobiernan los movimientos del agua en el océano son aun primitivos e ineficaces. Desconocemos muchas claves de funcionamiento de los océanos pero existen evidencias de la importancia de los mares para garantizar la estabilidad del clima y de las poblaciones humanas por eso es imprescindible continuar con la investigación base, aumentando los conocimientos oceanográficos, pesqueros y farmaceúticos, evolucionando la ingeniería marina y otras disciplinas que mejoren nuestro conomiento de los mares y su aprovechamiento para el bienestar de la humanidad.

¿Acabará siendo la pesca una actividad deportiva como la caza, y el pescado mayoritariamente lo criaremos en granjas?

La investigación pesquera se traducirá en el futuro en un cambio de la tecnología de explotación. El concepto de esfuerzo pesquero cambiará su formulación ya que no tiene sentido seguir mejorando la capacidad de captura de los barcos, sino que se tenderá a la pesca discriminatoria, con identificación de especie, talla e incluso sexo objetivo. Se desarollarán metodologías alimentarias asociadas como el engorde en macrogranjas off shore. También se desarrollarán proteinas animales mediante cadenas tróficas a partir de fitoplancton en estaciones marinas.
Es improbable que nuestros nietos elijan el pescado en pescaderías como las que conocemos hasta ahora.

¿Cuál es la clave para integrar el desarrollo en el ecosistema global?
La respuesta no es mía, es un principio clásico en gestión ambiental atribuido al físico Prigogine que consiste en desarrollar procesos y explotaciones ambientalmente sostenibles, socialmente justas y económicamente rentables.

Con este panorama, cómo ves el desarrollo del buceo deportivo ¿cómo un peligro o cómo una oportunidad?
El turismo subacuático es un recurso enormemente valioso para regiones tropicales. Se trata de una actividad de bajo impacto, a pesar de lo que se escucha a veces. Naturalmente es importante diseñar explotaciones sostenibles que cumplan el principio de gestión del que hablamos antes. El buceador es un ciudadano en disposición ideal para convertirse en un activista de la protección de recursos marinos, generalmente basta con que reciba un ligero barniz de educación ambiental.

¿La biología marina se ha popularizado gracias al buceo?
La biología marina es un área de conocimiento científico bastísima que incluye disciplinas muy diversas. El submarinista suele interesarse por ciertas prácticas de ictiología descriptiva, sin embargo existen muchas otras facetas interesantes de los organismos marinos que harían disfrutar enormemente al observador submarino como la sistemática, la etología, la estructura y el funcionamiento de ecosistemas, las relaciones interespecíficas y la organografía comparada.
Nuevamente es interesante incorporar la educación ambiental en la formación del submarinista.

¿Cuál es el sello distintivo de ZOEA como escuela de buceo?
Nuestra escuela de buceo y biología marina constituye el departamento docente de nuestra empresa y se beneficia de la actividad de los otros dos departamentos: Proyectos Ambientales y Elaboración de productos de educación ambiental en entorno marino.
Todos los alumnos que aprenden a bucear en ZOEA reciben información concreta sobre el buceo responsable además de un material especialmente diseñado para identificar los organismos que van a encontrar en sus buceos. En España, ZOEA es la única empresa del sector que mantiene un Sistema de Gestión Ambiental según la norma ISO 14001 y el reglamento europeo EMAS, lo que se traduce en la adopción de medidas para disminuir los efectos ambientales negativos que produce nuestra actividad y aumentar los positivos.


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