¿Cómo
se define profesionalmente?
Un “naufrólogo”, o sea,
experto en naufragios
¿Cuál es
su motivación principal al buscar estos pecios? ¿Vive
de ello o tiene otra ocupación?
Primeramente me mueve la gran pasión por el mar, pues nací
en una ciudad de mar llamada Trieste, que fue el primer puerto
franco del mundo y está vinculada a un record mundial,
ya que el batiscafo Trieste de Jacques Piccard llegó a
los 10.900 metros de profundidad en 1960 en la Fosa de las Marianas.
Me encanta la historia marítima luso-española y
me metí en esto poco a poco, desde 1977. Viví profesionalmente
de ello, ahora me dedico a otros menesteres con proyectos en varios
países de América Latina (minería y recuperación
de minerales). Pero sigo trabajando para publicar más libros
de naufragios.
¿Cuál es
el proceso que sigue para hallar un buque hundido?
Como todo proceso, uno va acumulando datos a lo largo de muchos
años de investigación. Ahora tengo un abultado fichero
(más abultado de lo que piensan ciertos arqueólogos)
y de las famosas 3.000 fichas que se llevaron en un registro efectuado
en mi domicilio del cual tendrá que dar cuenta alguien
en su momento. Después es cuestión de buscar datos
de archivo hasta tener detalles suficientes para poder determinar:
1) información previa a la salida de puerto (carga, artillería,
etc. 2) lugar y circunstancias del naufragio. 3) posibles operaciones
de recuperación que se hayan efectuado posteriormente y
testimonios de los náufragos.
¿Con
qué medios cuenta?
Cuando me dedicaba plenamente a los naufragios principalmente
lo hice para preparar propuestas de proyectos a las autoridades
competentes da cada país y de acuerdo a su legislación.
Para esto había inversores. Durante muchos años
fui apoderado para España de la italiana Cooperativa Aquarius,
empresa homologada por el Ministerio de Cultura de Italia y que
entonces (1980-2003) tenía un abultadísimo curriculum
en el campo de la arqueo-sub, cuya directora fue la doctora Alice
Freschi, ojito derecho del profesor Nino Lamboglia. De hecho,
en 1992 conseguimos un permiso de la Conserjería de Cultura
de Canarias. Entonces contábamos con medios científicos,
económicos y técnicos.
¿Cuál ha
sido su hallazgo más relevante; y cuál el que más
dificultades le ha supuesto?
Trabajé para la empresa estatal cubana CARISUB, que como
es sabido fue fundada por Fidel Castro, forofo del buceo en sus
años mozos. Al parecer con los datos enviados encontraron
un galeón con unos 60 millones de euros. Pero no fue mi
hallazgo. Desde 1995 hasta 2002 intenté conseguir un permiso
(como siempre) de las autoridades culturales de Honduras, pues
de hecho tuve entrevistas con dos ministros de cultura y otras
autoridades, para recuperar los restos y carga de un galeón.
Pero fallaron los inversores y el galeón sigue a unos 9-10
metros de profundidad. En 2003 un arqueólogo italiano aparentemente
encontró los restos y declaró oficialmente el hallazgo.
¿Hasta qué
punto hay corruptelas en la recuperación de estos tesoros?
Hasta el colmo de los colmos. Hay grandes intereses, pues no olvidemos
que en el fondo del mar hay unas 110.000 toneladas de oro de naufragios.
Extrañamente en esta ocasión este oro no le interesa
a nadie (aparentemente y por ahora), pero el tiempo lo dirá.
¿Corruptelas? ¿Como se explica que el Ministerio
de Asuntos Exteriores autorizara a Odyssey y que tres días
después el Ministerio de Cultura “negara” tal
autorización? Pero siguieron actuando sin que nadie les
molestara.
Su libro Galeones con Tesoros;
¿no dará pistas a otros buscadores con menos escrúpulos?
Cesaréo Fernández Duro escribió el libro
Naufragios de la Armada Española, y en cada uno de los
nueve volúmenes de su otra obra Armada Española
hay un apartado dedicado a naufragios. Denise Lakey publicó
el catalogo Shipwrecks in the Gulf of Cadiz dentro de un proyecto
con el Institute of Nautical Archaeology (INA). ¿Alguien
a protestado? Desde 1997 publiqué en mi antigua página
web información seria sobre naufragios. Mi página
recibió los elogios de muchos y aún hoy en día
sigue circulando en listas de ministerios, universidades y centros
docentes. En mi libro digo que es mi deseo que su publicación
sea la primera piedra para futuros proyectos de arqueo-sub o de
recuperaciones (obviamente, legales) y que tantos tesoros se usen
para fines sociales. Galeones con tesoros está catalogado
dentro del epígrafe de “patrimonio histórico”
del Ministerio de Cultura.
¿Qué cree
que sucederá finalmente con el oro que Odyssey se llevó
a Florida?
Aparentemente será devuelto a España, pero hay mucho
de que hablar sobre este asunto, ya que han ocurrido cosas muy
raras.
Usted
afirma que quizás no sea de la Mercedes ¿Están
mareando a todo el mundo para sacar provecho?
Matizemos. La confusión la propició Odyssey desde
principio. Primero era un pecio en aguas al oeste de Land's End
(Reino Unido), luego, cuando el periodista Santiago Mata “pesca”
el famoso avión cargando en Gibraltar todo ocurrió
a 100 millas al oeste de Gibraltar que luego fueron 180. La Mercedes
se hundió a pocas millas al sur del Cabo de Santa María,
aguas territoriales y soberanas de Portugal, así dan fe
todos los documentos con declaraciones de los oficiales españoles
que participaron en el combate de aquel 5 de octubre de 1804,
destacando entre estos Diego de Alvear, del cual poseo copia del
diario de navegación y que afirma tajantemente que tenían
toda la costa de dicho cabo a la vista, y a 22-34 millas esto
es imposible. Otra cosa que se nos quiera hacer imbeciles. De
no ser así, ¿porque desconectó Odyssey el
sistema satelital AIS del barco? Desafío a cualquier entendido
en materia de navegación que me demuestre que la Mercedes
no está en aguas territoriales portuguesas.
¿Qué opina
de las nuevas medidas de protección en España sobre
su patrimonio sumergido?
¡Que como siempre se cierra el establo cuando la vaca ya
se escapó! El 1986 presenté un proyecto con Aquarius
a las autoridades culturales de Andalucía para levantar
una carta arqueológica submarina de la costa Andaluza desde
Ayamonte hasta Gibraltar hasta la batimétrica de los 50
metros. Gratis. No aceptaron. En aquel entonces Aquarius tenía
unas 170 campañas de arqueo-sub en su activo, todas por
cuenta del Ministerio de Cultura de Italia y otros organismos
gubernamentales. Además estaba autorizada impartir clases
de arqueo-sub.
¿La tecnología
moderna es un aliado tanto para buscadores como para la protección
del patrimonio?
Recuperar la carga de un barco hundido hace 300 o 400 años
no es tarea de un día y aún los piratas no lo pueden
hacer en dos, salvo que se haga como ocurrió en Italia
con el Polluce, donde usaron indebidamente una especie de pinza
que destrozó todo y recuperó parte de la carga de
valor. Esto que los piratas expolian y vacían la carga
de un galeón es un cuento alarmista para provocar una acción-reacción.
Mel Fisher comenzó a recuperar la carga del Atocha en 1985
y aún siguen recuperando después de 25 años.
¿Tienen futuro los
viejos lobos de mar frente a estas nuevas corporaciones tecnologizadas?
No, no tienen futuro. Todo está perfectamente orquestado.
Nada de recuperar tesoros, las miles de toneladas de oro y montañas
de plata no se tocan. Es arqueología, y esta no admite
el fin de lucro. Todo en pro de la ciencia. Pero hay un pequeño
problema: la UNESCO recomienda (y esto no es una bagatela) que
se tenga el dinero para comenzar y terminar los proyectos. El
problema es que las autoridades culturales tienen las cajas vacías.
¿Como se soluciona? Muy simple. No haciendo absolutamente
nada. Así el oro y la plata siguen donde interesa, y que
el resto se pudra, porque como están los mares esto va
a ocurrir. La pregunta es simple: ¿Por qué no se
saca, sobre la base de prestaciones de servicio a empresas como
lo fue Aquarius o como NEREA de Malaga todo este oro y plata para
fines culturales y sociales? En 2007 España vendió
240 toneladas de oro de sus reservas. España tiene centenas
de toneladas en el fondo del mar, y eso que esta es una estimación
muy prudente.
¿Acabarán
las autoridades reconociendo su trabajo y contratándolo,
o le prohibirán ejercer?
Ya lo han hecho, pero terminé imputado. En los documentos
de las diligencias previas de la “Operación Bahía
2” queda claro que estaba colaborando con las autoridades
y que se estaba negociando con Cultura y la Armada portuguesa
recuperar la Mercedes. ¡Curioso! ¿Ustedes creen en
la casualidad? ¡Yo no!