BIOLOGIA
¿Sabías que existen más de 25.000 especies de algas diferentes?. ¿Qué poseen una concentración de yodo 1.000 veces superior que cualquier otro organismo vegetal, por lo que son un eficaz antiséptico natural?. ¿Qué su contenido en vitaminas A,B,C,D,E y K, así como la concentración de ciertos minerales como el potasio, magnesio, hierro y zinc es elevadísima?
 
TEXTO Y FOTOS: ZOEA


Las algas marinas poseen significativas propiedades nutritivas, tónicas, estimulantes, reguladoras y reconstituyentes, y se pueden englobar dentro de los alimentos que aportan básicamente vitaminas, sales minerales y fibra, es decir, en el grupo de verduras y hortalizas.

La ciencia que estudia las algas recibe el nombre de “Ficología”, que proviene de los términos griegos, “fukos”=alga, y “logos”=tratado. Una de las principales diferencias morfológicas y funcionales entre las plantas terrestres y las algas es que estas últimas son organismos talófitos, es decir, tienen una estructura llamada talo, que es el cuerpo del alga.
Las algas no tienen tejido conductor ni raíces verdaderas. Algunas especies, como las pertenecientes al género Caulerpa, poseen unas estructuras llamadas rizoides que les sirven de anclaje en sustratos blandos arenosos, pero no son verdaderas raíces ya que no toman alimento del suelo.

La vegetación marina, compuesta principalmente por algas y por auténticas plantas como es el caso de nuestra famosa Posidonia oceanica, (insistimos, la posidonia no es un alga), tiene exactamente la misma función ecológica que las plantas en el medio terrestre: oxigenar el medio y transformar el dióxido de carbono en materia orgánica que será consumida por el propio vegetal, sirviendo éste, a su vez, de alimento para otros organismos herbívoros. Por lo tanto, al igual que en los ecosistemas terrestres, son los productores primarios, es decir, se encuentran en la base de la cadena trófica.
Las algas se encuentran incluidas en el Reino Vegetal, donde existen numerosas y diferentes vías evolutivas que presentan distintas características fisiológicas y bioquímicas que hacen que ciertos tipos de algas se encuentren más cercanos evolutivamente a las auténticas plantas con flores que a otras algas. Este es el caso de las algas verdes, las cuales están más estrechamente emparentadas con las plantas terrestres, que con las algas rojas y pardas.


Un poco de orden
Los grandes grupos de vegetales son los siguientes: plantas con flores (Espermatófitos), helechos (Pteridófitos), musgos (Briófitos), algas verdes (Clorófitos), algas rojas (Rodófitos), algas pardas (Fucofíceas), y algas azules (Cianobacterias).

Una de las características distintiva de los diferentes tipos de algas proviene de su coloración, resultado de la naturaleza de los pigmentos que se hallan en su interior, así la clase de las Clorofíceas suele presentar color verde, de ahí el nombre de algas verdes; en las Rodofíceas o algas rojas los pigmentos son rojos o pardo-rojizos; y en las Fucofíceas o algas pardas son de color pardo o amarillo.

Las algas verdes, muy diversificadas en agua dulce (90% de representantes) y escasas en géneros en los mares fríos y templados, son relativamente poco utilizadas en el mundo. Algunas especies de los géneros Chaetomorpha, Enteromorpha, Ulva o Codium, se utilizan en la alimentación humana como legumbres. Otras especies, como Dunaliella, son algas unicelulares que se cultivan a gran escala para producir beta-carotenos destinados a complementar la alimentación de aves para mejorar la intensidad del color de la yema de huevo.


Las algas pardas se encuentran ampliamente distribuidas por todo el mundo. Se trata, salvo raras excepciones, de organismos estrictamente marinos. Constituyen las principales acumulaciones de algas en las playas. Son las más utilizadas en todos los campos: alimentación humana y de ganado, cosmética, extracción de ciertos mucílagos (compuesto gelificante secretado por las células que al entrar en contacto con el aire se seca y se convierte en goma), etc. Algunas especies se utilizan como abonos orgánicos (Fucus, Laminaria).

Las algas rojas, aunque muy variadas en su morfología no alcanzan la diversidad de las algas pardas. A pesar de su atractivo, no presentan formas muy desarrolladas. Son principalmente marinas exceptuando pocos géneros de aguas dulces. Algunas especies tuvieron en el pasado aplicaciones farmacéuticas como Alsidium o Corallina, utilizadas para tratar parasitosis por gusanos. Otras se consumen en la alimentación humana como Porphyra en extremo Oriente, o Palmaria en Canadá.


Presentes en nuestra vida diaria sin darnos cuenta

A mediados del siglo XX, se empezó a desarrollar una actividad nueva que utiliza, no las algas directamente sino derivados de las mismas que reciben el nombre de “ficocoloides” y agrupan tres sustancias: carregeninas, alginatos, y agar. Son polisacáridos de gran tamaño, que al igual que la celulosa no se digieren ni se asimilan en nuestro intestino, por lo que se expulsan casi intactos.
Sus propiedades son diversas: espesantes, gelificantes, y estabilizantes. Mejoran la textura y la consistencia, sin variar el sabor u olor. En repostería se utilizan porque conservan la humedad. Están presentes en productos de gama light o productos adelgazantes, puesto que al no asimilarse en el intestino, su valor nutricional es muy bajo o nulo. Los aditivos E-401, E-402, E-405 y E-407 son extractos de algas, y se trata de aditivos autorizados en la elaboración de platos precocinados.
Los ficocoloides también dan consistencia en barras de labios, esmaltes, en fijadores de cabello, etc. Se utilizan como laxantes y anticoagulantes. Están presentes en las pastas dentífricas; como excipientes en comprimidos; se utilizan como espesantes de tintas; en la industria textil; en laboratorios científicos; para la elaboración de medios de cultivo; etc. Como vemos, sus usos son múltiples y aplicables en infinitos campos.

Chiquitas pero matonas
Prácticamente todas las algas mencionadas son algas pluricelulares que pueden observarse a simple vista. Sin embargo existen numerosas especies unicelulares de tamaño microscópico que forman parte de lo que se denomina “fitoplancton marino” (conjunto de organismos de naturaleza vegetal que flotan en el agua). Se estima que, dependiendo de la zona, entre el 60 y el 80% de la producción primaria de los océanos está generada por las algas unicelulares.

Algunas algas unicelulares son las que originan las conocidas “mareas rojas”, fenómenos biológicos que se dan en el mar en condiciones específicas, y que es importante conocer ya que pueden repercutir sobre la salud humana a través de ciertos alimentos marinos de consumo habitual, principalmente los moluscos filtradores (mejillones, ostras, etc.). Son producidas por floraciones masivas de una especie determinada de ese fitoplancton, condicionada por factores climáticos y nutricionales. En concreto, los principales organismos responsables son los “Dinoflagelados”, que son un grupo de microalgas que proliferan en condiciones de mar tranquilo y baja concentración de nutrientes (medio estable y oligotrófico). Poseen un tipo de pigmento fotosintético, la peridinina, que da el color rojo a las mareas rojas. No son necesariamente tóxicas, dependiendo de la especie que forme la marea roja. Si ésta es tóxica, liberarán sustancias que provocan la mortalidad de peces y otra fauna marina. El hombre puede verse afectado por la ingestión de animales contaminados. Las patologías más importantes que pueden producirse en los humanos son: intoxicación paralítica, neurológica, diarreica (la más común), conjuntivitis, dermatitis y trastornos respiratorios. En los últimos años ha aumentado la frecuencia de formación de estos fenómenos debido a la contaminación del medio marino por vertidos de hierro, cobre, materia orgánica y otros factores físicos, químicos y biológicos.


La perpetuación de las especies

En las algas existen tres formas de reproducción posibles, según las especies, condiciones ambientales y época del año. Los tres tipos son:

Reproducción Vegetativa: se desprende un fragmento del talo del alga y a partir de este se desarrolla un nuevo individuo.

Reproducción Asexual: se realiza a través de esporas, que son células especializadas que al fusionarse y tras una serie de procesos de desarrollo, dan lugar a individuos completos.

Reproducción Sexual: es en la que se fusionan los gametos femenino y masculino para dar lugar a un huevo o zigoto, desde el que se desarrolla el nuevo individuo.

Muchas especies de algas, durante sus ciclos reproductivos, pasan por diferentes etapas, pudiendo darse en un mismo individuo la reproducción sexual y la asexual. Esto depende de las condiciones externas (temperatura, luz, turbulencia del agua, etc.) y del ciclo de vida de cada especie. Por esto el estudio de la reproducción de las algas es un campo muy complejo difícil de resumir .

La época de recolección de las algas coincide con los meses más luminosos, por lo tanto los más propicios son los de primavera y verano. En otoño, la mayor parte de las algas se marchitan por lo que se recogen cortándolas para estimular y favorecer su reproducción. Por otro lado, existen especies que crecen en aguas superficiales, en las zonas intermareales; en este caso, se recolectan en seco en los momentos de bajamar.


Variedades más conocidas y utilizadas en gastronomía:
WAKAME (Undaria pinnatifida): alga parda de tono verde pardusco y 1.5 m de longitud; resulta muy versátil en cocina. Combina con vegetales terrestres. Aporta calcio, vitamina B y vitamina C.
KOMBU (Laminaria ochroleuca y L. saccharina): algas pardas de hasta 2.5 metros de longitud, que pueden alcanzar los 10 años de vida. Ricas en yodo y vitamina B12. En la cocina: dan sabor, ablandan y endulzan.
NORI (Porphyra umbilicalis): alga parda, de unos 40 cm de longitud y forma laminar. Muy usada en Japón y rica en proteínas y vitamina A. Se suele utilizar con alimentos fritos. De intenso sabor.
DULSE (Palmaria palmata): alga roja, rica en minerales y proteínas. Crecimiento en aguas superficiales. Con fuerte consistencia y sabor. Se toma con cereales integrales.
ARAME (Eisena arborea): alga parda que necesita ser hervida después de la recolección y antes del secado para que se ablande. Rica en yodo y calcio. Su sabor ligero hace de ella un alga muy aceptable para los iniciados en el consumo de algas.
FUCUS (Fucus vesiculosus): alga parda, de unos 50 cm de longitud, perenne y de costas protegidas. Tonifica el intestino y da sensación de saciedad. Laxante suave , que se utiliza contra la celulitis y para disminuir el colesterol.

 
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