Un
pequeño caparazón de unos 7 cm. de diámetro
sostiene una espectacular corona de espinas huecas de 14 cm. de
longitud, que a su vez están cubiertas de diminutas púas,
delgadas y móviles. Tiene un color que varía de tonalidades
violáceas a parduscas que se combinan con anillos blancos
o amarillentos en las espinas. Lo encontramos en zonas arenosas
o fangales por debajo de los 30 m., llegando a poblar grietas que
alcanzan los 200 m. de profundidad. El puercoespín marino
es abundante en el Mediterráneo pero no demasiado en las
costas Españolas. Huye de la luz y tiene hábitos nocturnos.
Su manipulación debe hacerse con suma delicadeza dada la
fragilidad de sus púas y la facilidad con la que estas atraviesan
la piel, siendo su posterior extracción muy dolorosa por
culpa de las micro púas transversales, que actúan
como verdaderos clavos de sujeción.
Su principal amenaza es el submarinista desaprensivo que lo extrae
como trofeo de una inmersión y que probablemente acabe por
devolverlo muerto al mar desde la embarcación, al haberle
partido la mitad de sus espinas en el proceso de extracción
y posterior transporte, con lo que pierde toda la gracia y
esplendor. Con suerte, el animal que no muere en el proceso,
puede llegar a regenerar todas sus espinas y escoger un mejor escondite
para la próxima ocasión.
El puerco espin marino pertenece a la gran familia de los equinodermos,
de los que hemos hablado ya en varias ocasiones por ser unos animales
con los que nos topamos constantemente en nuestras inmersiones.
A este grupo pertenecen especies de formas tan dispares como los
erizos, las estrellas de mar, las arañas de mar u ofiuros,
los pepinos de mar u holoturias y los crinoideos o plumas de mar.
Los piel espinosa, que es lo que significa en griego
equinodermo, es un grupo de animales sorprendente. A su capacidad
de auto regeneración de miembros amputados hay que añadir
la exclusiva habilidad de reproducirse mediante esquejes
de sí mismos. En realidad son los verdaderos inventores de
la clonación, y pueden hacerlo sin laboratorios.
Espinosas
peculiaridades
Carecen de huesos, poseen un caparazón calcáreo que
solemos encontrar fácilmente en los fondos y que es una especie
de calabacita blanca y hueca que suele despedazarse en cuanto la
intentamos coger con nuestros dedos. Su simetría es radial
disponiendo de extremidades divididas en grupos de cinco.
Existen otros equinodermos que, aunque abundantes, son poco conocidos
que los erizos o las estrellas porque sus hábitos y apariencia
los hacen menos evidentes. Tal es el caso de las arañas de
mar u ofiuros, los pepinos de mar u holoturias y los crinoideos
o plumas de mar. Los dos primeros gustan de vivir enterrados, entre
y por debajo de las rocas, mientras que los últimos tienen
apariencia de plantas y algunos de ellos pueden estar fijos en el
fondo del mar. Otra especie de equinodermo poco conocida son las
galletas de mar, ya que comúnmente son encontradas en las
playas para luego pasar a formar parte de la decoración del
baño, sin saber siquiera que son los parientes más
cercanos de los erizos.
La alimentación de estos animales es variada, aunque la mayor
parte de ellos se alimentan de algas o son detritìvoros,
es decir, engullen los restos orgánicos en descomposición
que caen al fondo del mar.
Los equinodermos son especialmente importantes en dos tipos de ambientes:
los fondos arenosos de zonas someras y profundas, así como
en los arrecifes coralinos de todo el mundo. En los primeros, algunos
científicos ociosos han llegado a estimar que los pepinos
de mar pueden remover entre 500 y mil toneladas de sedimento al
año en una área no mayor a seis kilómetros
cuadrados. Por eso son considerados como pieza clave en la distribución
de sedimentos de fondo, así como de la repartición
de energía en el sistema al comer, excretar y ser comidos.
En los arrecifes coralinos, por su parte, su sino pareciera contradictorio,
pues dependiendo del numero de erizos en el área, pueden
actuar como benignos promotores del desarrollo y mantenimiento de
los sistemas coralinos o crueles destructores de tan bellos sistemas.
¿Cómo se explica esta aparente contradicción?
Generalmente, los erizos son voraces vegetarianos que, raspando
el fondo con sus poderosas mandíbulas, se alimentan de las
algas que se desarrollan en los sistemas arrecifales y, de paso,
de algunos trozos de coral. Como se sabe, las algas son organismos
de rápido crecimiento, capaces de alcanzar, colonizar y apropiarse
de cualquier sustrato, especialmente de aquel preferido por los
corales para desarrollarse. De no ser por la cosecha continua que
ejercen los erizos sobre las algas, estas últimas irremediablemente
ganarían en la competencia uno a uno con los corales. No
obstante, cuando por alguna clase de disturbio, se altera el fino
equilibrio del sistema arrecifal (sobrecrecimiento de las algas
por exceso de nutrientes, mortalidad coralina, incremento en el
número de erizos por ausencia de sus depredadores), por causas
naturales o antropogénicas (aunque estas últimas cada
vez más frecuentes), su actividad alimenticia raspadora y
el movimiento de las espinas, destruyen, debilitan y erosionan los
arrecifes.
Así, trátese de fondos blandos, duros, zona somera,
profunda o arrecifes de coral, los puerco espines marinos se erigen
como un grupo de organismos de vital importancia en los ambientes
marinos. En algunos casos se posicionan como eficientes recicladores
que ponen a disposición de los demás organismos un
alimento que, de otra manera, no estaría a disposición
de nadie.
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