Hace
tiempo miraba el mar, escuchando las olas, sintiendo esa brisa mágica
que te hace sentir vivo, cuando se me acercó un hombre mayor.
Aún recuerdo sus palabras. Me dijo: .... este mar te
cambiará la vida, en él encontrarás maravillas
que nunca olvidarás, respétalo, y sobre todo intenta
compartir todos los tesoros que descubras en él... .
En aquel momento no sabía de qué hablaba. Hoy veinticinco
años después lo entiendo todo. La magia que desprende
el mar me hizo bucear, sumergirme en las profundidades en busca
de lo desconocido, y las maravillas y tesoros me hicieron estudiar,
estudiar mucho y convertirme en biólogo, fue la única
forma que encontré de conocer esos seres únicos que
pueblan nuestros fondos.
En todos estos años de estudio me han fascinado muchos grupos
de animales, pero existe uno de ellos por el que siento un cariño
especial, el grupo de las rayas, torpedos y águilas de mar,
científicamente llamados Batoidei.
Se trata de un grupo de peces emparentados con los tiburones (Clase
Chondrichthyes) que tienen un cuerpo muy aplanado, con las hendiduras
branquiales y la boca en la parte ventral, y los ojos y los espiráculos
en la parte dorsal. Viven generalmente en fondos blandos, semienterrados
de día, y con gran actividad durante la noche, a excepción
de las mantas que viven en aguas libres.
Debido a su forma de vida han sufrido una serie de adaptaciones.
Si recordamos los tiburones, para respirar hacen circular agua de
la boca hacia las hendiduras branquiales, los Batoidei poseen una
adaptación que les permite respirar con el cuerpo semienterrado;
hacen circular el agua de los espiráculos a las hendiduras
branquiales.

Pero dejando tecnicismos, lo que más nos llama la atención
de éste grupo de animales es su natación. La modificación
de sus aletas pectorales les hace adoptar una forma aplanada que
más que nadar parece hacerles volar, como si acariciaran
el agua.
Existen 5 familias: Rajidae, formada por las rayas, Torpenidae,
que son los torpedos, Dasyatidae, formada por los chuchos, Myliobatidae,
que son las Águilas de mar, y Mobulidae formada por las mantas.
Cada familia posee una serie de rasgos característicos
que nos permitirán diferenciarlas. Personalmente cuando estudio
algún grupo de animales intento conocer cosas algo atípicas,
cosas que me hagan recordar que estoy delante de formas de vida
únicas. Acostumbro a fijarme, por ejemplo, en cómo
se reproducen.
El grupo de los Batoidei, al igual que el resto de Chondrichthyes
(tiburones), poseen órganos copuladores, (aletas modificadas),
que se utilizan como órganos de acoplamiento, cosa bastante
rara en el resto de peces.
Las rayas poseen generalmente una cola espinosa. Son animales ovíparos,
ponen huevos protegidos por una cápsula córnea que
podemos observar algunas veces entre las algas o enganchados en
gorgónias.
Los torpedos, también llamados tembladeras o tremielgas,
tienen un cuerpo más redondeado y tienen una aleta caudal
bien formada que nos puede recordar a la de sus parientes, los tiburones.
Son peces ovovivíparos, esto quiere decir que no ponen huevos,
paren crías bien formadas después de una
gestación que puede durar diez meses, pero, ¿cómo
puede un pez parir?. La respuesta es sencilla, son animales
que ponen huevos, pero no salen al exterior, se quedan en el interior
de la hembra. Parece algo raro pero se da en muchos grupos de animales.
También son peces que tienen la capacidad de generar descargas
eléctricas, que pueden utilizar para capturar alimento y
para defenderse cuando se sienten amenazados. En algunas especies
estas descargas pueden llegar a 220 v. (H.Götel Fauna
marina del Mediterráneo ).
Los chuchos o pastinacas, son parecidos a las rayas pero con un
aspecto más redondeado y con el rostro más puntiagudo.
Poseen una cola muy larga, sin aletas y tienen una fuerte espina
dentada venenosa, que puede causar heridas muy dolorosas. Son ovovivíparos,
paren de cuatro a siete crías después de una gestación
de unos cuatro meses.
Las águilas de mar tienen un cuerpo más ancho que
el resto de familias, con una cabeza más marcada y unas aletas
pectorales más puntiagudas. Tienen los ojos en posición
lateral y poseen también una espina venenosa. Son de aguas
más superficiales (aún recuerdo un águila pasando
por delante de mi cara en una parada de descompresión en
Tenerife fue algo mágico), son también ovovivíparos
y paren de dos a diez crías después de una gestación
de unos doce meses.
Las mantas son los representantes más difíciles de
ver del grupo. Tienen una distribución más Atlántica,
en aguas cálidas. Es la familia más pelágica
de todas (viven en aguas más libres), nadando cerca de la
superficie. Son también ovovivíparos y paren crías
que nacen con las aletas enrolladas. Como curiosidad, hay que destacar
que se alimentan de plancton, mientras que el resto de familias
del grupo son carnívoros activos.
No hace mucho estuve en Canarias. Allí parece como si el
mar fuese más azul. Hicimos una inmersión en un pequeño
pecio. La idea era hacer un reportaje fotográfico de chuchos
y águilas de mar. Bajamos al fondo y empezó el espectáculo.
Acostumbrado a las costas del Mediterráneo, donde ves un
chucho cada cien inmersiones, aquello no tenía nombre. Pudimos
hacer fotos de tres y cuatro a la vez. Tenía compañeros
de inmersión paralizados, aquello era mágico, no se
puede explicar, notabas como la emoción te corría
por las venas. Nos rodeaban por todos los lados. No sabías
que fotografiar. Cuando más concentrado estaba note una mano
en el brazo, me enseñaron una pizarra donde alguien había
escrito: ....parece que estemos bailando con lobos....
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