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BIOLOGIA
La fama puede acabar con los caballitos

TEXTO: Eduardo Santiago Usabiaga
Mª Victoria Bengoa Ruigómez
FOTOS: Getxo Aquarium, Proyecto Hippocampus
Rafa Paz, Eduardo Santiago

 

 

Desde tiempos remotos el hombre ha tejido muchas historias alrededor de estas extrañas criaturas y les ha atribuido propiedades mágicas. Las historias de enormes caballitos de mar cabalgando sobre las olas dieron lugar a las leyendas de dragones. Los primeros polinesios pensaron que los europeos a lomos de caballos eran dioses que dieron a los caballitos patas para poder caminar sobre la tierra. En la mitología se les asociaba con sirenas, unicornios y serpientes marinas, incluso Neptuno y otras divinidades marinas a menudo aparecen representadas dirigiendo cuadrigas de bípedos con cola de pescado.

Los caballitos de mar pertenecen a la familia Syngnathidae, que significa “de mandíbula fusionada”. Además de los caballitos de mar, esta familia abarca también los dragones de mar, los peces pipa y los peces pipa. La clasificación de estos peces está creando auténticos quebraderos de cabeza a los científicos y aún hoy en día no está claro el número de especies que existen, aunque las últimas investigaciones hablan de 33. La dificultad radica en el hecho de que pueden cambiar de color o incluso desarrollar filamentos en su piel para mimetizarse con su entorno.
Su nombre hace referencia al parecido de su rostro con el de los caballos terrestres, pero en nada más se puede comparar con ellos. La cabeza en forma de cabeza de caballo forma un ángulo recto con el cuerpo y esta característica le hace único entre los peces. En su cabeza cabe destacar también su hocico tubular y sus ojos, que se mueven uno con independencia del otro. Su cuerpo comprimido lateralmente posee un esqueleto cutáneo formado por anillos anulares óseos que contrasta con su cola que es prensil y de gran utilidad, con la que se enrosca entre las algas evitando así acabar a la deriva a merced de olas o corrientes marinas. Los caballitos de mar deben su movilidad exclusivamente a las aletas dorsales y pectorales, ya que carecen de aleta anal y caudal. La aleta dorsal les facilita su lento movimiento horizontal mientras que las aletas pectorales, junto a la vejiga natatoria, le proporcionan movimiento vertical, estabilidad y dirección.

Expertos en camuflaje
Cualquier ser vivo, para asegurar su supervivencia, posee sus propias estrategias tanto para capturar a sus presas como para defenderse de posibles depredadores. En el caso de los caballitos de mar su estrategia es el camuflaje, consiguen mimetizarse casi a la perfección con algas o corales y todo ello gracias a cambios de color y a su capacidad para desarrollar largos filamentos de piel para confundirse con el entorno. Dragones de mar y peces pipa, pertenecientes a la misma familia que los caballitos, son los auténticos maestros del camuflaje.
Los caballitos de mar, aunque limitados a regiones biológicas específicas, se distribuyen alrededor del mundo por aguas tranquilas de mares tropicales, subtropicales o templados. Las praderas de algas, manglares, arrecifes de coral y estuarios son residencia habitual de sus diferentes especies. Específicamente, en el Mar Cantábrico solamente contamos con dos especies de caballito de mar, el Hippocampus hippocampus (caballito común) y el Hippocampus guttulatus.(caballito moteado). Dos especies muy parecidas que se diferencian básicamente en el hocico, más corto el del H.guttulatus y en los apéndices cutáneos filamentosos en la cabeza y dorso que son de mayor tamaño en el H. guttulatus. En ambas especies, muchas veces dependiendo del entorno, el color varía de negro a marrón o amarillo. Pueden alcanzar una talla de hasta 14cm. Las praderas de algas de nuestra costa no muy expuestas al batir de las olas son un lugar propicio para encontrar a los cada vez más escasos Hippocampus hippocampus y Hippocampus guttulatus.
Su esperanza de vida varía entre uno y cinco años dependiendo de la especie. En cuanto al tamaño, hay especies como el diminuto Hippocampus minotaur, descubierto en Australia, que no alcanza los 4 cm. de longitud, que contrastan por ejemplo con el Hippocampus ingens, especie del Pacífico que puede sobrepasar los 30 cm.

Sin dientes ni estómago
A la alimentación le dedican gran parte de su tiempo. Mientras que la mayoría de los peces que se crían en cautividad se acostumbran a alimentarse de piensos o alimento inerte, los caballitos de mar casi exclusivamente comen alimento vivo; como copépodos, Artemia y misidáceos, pequeños crustáceos que forman parte importante en la dieta de estos peces tan sibaritas. Cuando una de estas presas se pone a su alcance es aspirada a través de su hocico óseo por medio de un rapidísimo golpe de su cabeza. Al no disponer de dientes tragan enteras sus presas y como tampoco poseen estómago se ven obligados a consumir grandes cantidades de comida para compensar su rápida e ineficiente digestión.

Danzas nupciales
A pesar de sus características tan singulares, lo realmente sorprendente de estos peces es su reproducción. Durante la época de apareamiento, los caballitos de mar realizan lo que se denomina danzas nupciales, en las que el macho y la hembra se entrelazan con la cola realizando una serie espectacular de movimientos de danza que finalizan con el traspaso de huevos de la hembra a la bolsa incubatriz que tiene el macho en el abdomen. Es en esta bolsa donde se realiza la fecundación de los huevos y también donde se desarrollarán los caballitos, que transcurrido un tiempo variable (3-5 semanas), dependiendo de la especie, saldrán al exterior con un aspecto muy semejante al de los adultos, pero en miniatura. Estamos hablando por tanto de un grupo de peces en los que el macho sufre un auténtico “embarazo”, hecho absolutamente curioso dentro del mundo animal. Otro hecho destacable es el que en el medio natural se establecen parejas estables para toda la vida.

Amenazados
Pero estas delicadas criaturas están en verdadero peligro de desaparición en nuestros mares. El caballito se pesca en Asia, especialmente en Filipinas, Tailandia, India y Vietnam, como alimento, pero sobre todo para surtir las boticas de la medicina tradicional china, donde, una vez secado, el hipocampo es un producto básico para la elaboración de supuestos remedios de todo tipo: se emplea para curar el asma y la impotencia, pasando por la arteriosclerosis, los desórdenes de tiroides y los problemas cardiacos ¡Hasta se le han atribuido poderes afrodisíacos!. Y aunque la ciencia no ha probado la eficacia de ningún uso medicinal del hipocampo, por los más apreciados caballitos, los más grandes, se llegan a pagar en Hong Kong 550 dólares el medio kilo. Gracias a la aparición en el mercado del viagra, su utilización para evitar la impotencia está disminuyendo.
Además, a nivel mundial se capturan cada año cientos de miles de caballitos de mar para venderlos en cautiverio para acuarios, exportándose principalmente a América del Norte, Europa, Japón y Taiwán. Sin embargo, a su dificultad para reproducirlos en un acuario se une su fragilidad, por lo que la mayoría mueren en cautiverio poco tiempo después. Otras amenazas son su creciente demanda como piezas de artesanía o adorno, la pesca accidental por las diferentes formas de pesca con redes y la destrucción de praderas de algas, arrecifes de coral o manglares, hábitats naturales del caballito de mar.

Defensa
Las numerosas amenazas sufridas por estos peces junto a su extrema delicadeza han dado como resultado la reducción de las poblaciones de caballitos de mar de hasta un 75%. Esta cifra tan alarmante condujo a que La Convención para el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES) aprobara en Santiago de Chile en Noviembre de 2002 la protección de todos los caballitos de mar. Según la resolución de la CITES, a propuesta de EEUU, todo el género “Hippocampus” al que pertenecen los caballitos de mar, quedó inscrito en el Apéndice II de la Convención, que regula estrictamente el comercio tanto de especimenes vivos, como muertos y sus subproductos.
Con el objetivo de proteger a los caballitos de mar de nuestras costas se puso en marcha en el Proyecto Hippocampus, integrado por varios centros nacionales de investigación en colaboración con grandes acuarios y empresas de acuarofília bajo la dirección del Dr. Miquel Planas, del Instituto de Investigaciones Marinas (CSIC) de Vigo (www.iim.csic.es/proyectohippocampus). Los objetivos principales de este proyecto son los la obtención de información sobre el estado y biología de poblaciones salvajes de H. guttulatus, el desarrollo de técnicas para su mantenimiento y reproducción en cautividad, el desarrollo de técnicas para la gestión de poblaciones salvajes y la selección genética en cultivo con fin de iniciar un ensayo controlado de repoblación de las poblaciones de caballitos con ejemplares obtenidos en cautividad. Proyectos como éste impulsan de manera notable la conservación de la biodiversidad marina en general y la de los caballitos de mar en particular, pero toda la sociedad puede tomar parte en la conservación de nuestro planeta sin la necesidad de grandes esfuerzos ni sacrificios. En el caso de la conservación de los caballitos, actuaciones como no comprar caballitos desecados para adorno y/o artesanías que los utilicen, o evitar la captura de ejemplares salvajes como complemento para nuestros acuarios personales son actitudes que corresponden a particulares y que contribuyen a erradicar un negocio furtivo que cada año acaba con la vida de cientos de miles de estas criaturas, auténtico tesoro de nuestros mares.

 
 
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