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BIOLOGIA
El manglar en peligro

TEXTO: Mª Victoria Bengoa Ruigómez (Getxo Aquarium; Nakusarbe)
Fotos: Endika Kintano; Eduardo Santiago; Javier Urkiaga




Uno de los ecosistemas terrestres más productivos del planeta son los manglares, bosques típicos de zonas tropicales y subtropicales que se desarrollan en la costa. Se caracterizan por estar formados por árboles, también denominados manglares, que han desarrollado adaptaciones que les permiten vivir tanto a altas salinidades como en suelos poco estables y con poco oxígeno. Además su reproducción es muy especial. A pesar de ser ecosistemas esenciales para el desarrollo de muchas especies de los arrecifes de corales, en los últimos años están desapareciendo de forma vertiginosa debido a presión del ser humano, lo que conlleva gravísimas consecuencias tanto para las comunidades humanas cercanas y para los ecosistemas adyacentes, es decir, los arrecifes coralinos, como para la vida de todos los océanos.

Los manglares son bosques costeros de las zonas tropicales y subtropicales dominados por árboles adaptados a vivir en zonas de salinidad alta. Es una comunidad de zonas arenosas o fangosas someras que va desde el nivel de la marea alta hasta el margen intermareal y regiones submareales cercanas a las desembocaduras de los ríos, lagunas, y en terrenos llanos y fangosos que están periódicamente influenciados por las mareas marinas. Este ecosistema por consiguiente representa la interfase entre los ecosistemas terrestres y los marinos y está influenciado tanto por las mareas como por el aporte de agua dulce y sedimentos de los ríos. El ecosistema del manglar está constituido principalmente por especies de árboles de manglar pertenecientes a distintas familias que han desarrollado adaptaciones fisiológicas y estructurales para vivir en estas difíciles condiciones, como son la tolerancia al agua salada o salobre, la posibilidad de vivir en suelos poco estables, con poco oxígeno e inundados por el mar y además poseen una reproducción muy especial.

Raíces que respiran
Estos árboles tienen raíces superficiales en forma de zancos que les ayudan a la fijación en suelos blandos con estructuras para la respiración y la alimentación. Estas estructuras, los nematóforos, son raíces erectas que sobresalen del agua y facilitan la oxigenación de las partes sumergidas mediante lenticelas o aberturas hidrófobas, permeables al aire y no al agua que se abren y cierran dependiendo de la marea. Otras especies poseen esas lenticelas a nivel de la hojas acumulando el oxígeno en un tejido esponjoso para ser utilizado en las inundaciones. Los manglares pueden crecer a diferentes salinidades, desde aguas dulces hasta en el mar. Todos los manglares excluyen algo de sal al absorber el agua por las raíces. Otra parte se acumula en sus tejidos, lo que es necesario para que el agua fluya sin problemas desde las raíces (con menos sal) hacia la copa del árbol (donde se suele acumular el exceso de sal). Este exceso de sal se expulsa o bien a través de unas glándulas que poseen en las hojas, por transpiración al nivel de las hojas o acumulándose en las hojas viejas que más tarde caen al agua. Además algunas especies de mangle han desarrollado un sistema de reproducción asombroso para incrementar su éxito en la propagación. Sus semillas germinan estando todavía en el árbol, desarrollando la futura raíz antes de caer al agua lo que les permite una más rápida fijación al sustrato. Además estos embriones son capaces de flotar lo que facilita largos viajes hasta la colonización de nuevos lechos, permitiéndoles dispersarse a grandes distancias.

Refugio de fauna
Los manglares cubren un 8% de las costas del planeta y entre el 60% y el 75% de las costas de las regiones tropicales. Aunque su distribución es relativamente homogénea se pueden distinguir dos regiones claramente diferenciadas por su flora: la región del Indo-Pacifico y la región del océano Atlántico (oeste africano y América). Su distribución está influenciada por el clima, las mareas, el aporte de agua dulce y la geomorfología del suelo. Así se encuentran en zonas cuya temperatura mínima no baja nunca de 15-18º C. La salinidad influye en la composición del manglar, ya que la tolerancia a la salinidad varía según las especies, siendo las de mayor tolerancia las que viven más cerca del mar mientras que las de menor tolerancia viven en zonas con mayor influencias de los ríos, produciéndose así una clara zonación en los manglares, desde las zonas costeras hacia el interior. En los manglares no es extraño encontrarse numerosas especies de animales, tanto marinos como terrestres, que buscan protección entre sus raíces y troncos enmarañados, entre las hojas que los árboles dejan caer al mar y en el fango. Sirven como zona de reproducción y protección a una gran cantidad de organismos como peces e invertebrados marinos de gran importancia pesquera que encuentran en estas zonas un refugio natural. No sólo es posible descubrir cuantiosos microorganismos, hongos y fitoplancton sino que es muy común hallar invertebrados como moluscos o crustáceos, e incluso peces o sus larvas y juveniles.
Muchos moluscos y crustáceos viven sobre las raíces de los árboles o enterrados el fango, como ostras, cangrejos o langostinos. También sirve de protección a muchas especies de peces entre los que destacan por su perfecto mimetismo los peces murciélago, también conocidos como peces hoja, por su facultad de tumbarse en su flanco sobre la superficie del agua para camuflarse con las hojas que flotan para pasar totalmente desapercibidos gracias a tener una apariencia exacta a la de estas hojas, o el pez gatillo, que pasa su infancia en aguas dulces para dirigirse al mar tras su maduración. Incluso existen algunas especies de anfibios que han sabido adaptarse a estas altas salinidades. Tampoco es extraño encontrarse reptiles como culebras, serpientes o cocodrilos, aves que o bien habitan en estas zonas o las utilizan durante sus migraciones y mamíferos.

Protección de la costa
A pesar de que por varios siglos se han considerado zonas inútiles e insalubres en la actualidad está ampliamente aceptado que el manglar es esencial para la vida en los océanos y en el planeta. Estos ecosistemas juegan un papel muy importante protegiendo la costa de las olas, el viento, las tormentas e incluso contra los tsunamis, sirviendo como sistemas naturales de control y barreras contra inundaciones e intrusión salina, control de la erosión y protección a la costa y como filtro biológico. Retiene valiosos sedimentos provenientes del continente y filtra las sales minerales integrándolos en la cadena alimenticia, nutrientes que de otra manera se perderían. Son mucho más importantes para lo océanos de lo que se pensaba hasta este momento, ya que son una de sus principales fuentes de carbono orgánico disuelto (DOC) proveniente de los continentes. Además son excelentes sistemas de absorción de CO2 mitigando así el efecto del calentamiento global. Así, desde el punto de vista ecológico destacan cuatro funciones esenciales que realizan los manglares: la formación de suelo al capturar detritus, la filtración y fijación de los nutrientes terrestres traídos por los ríos, además de ser productores de detritus que se utilizará en alta mar como nutrientes esenciales para el desarrollo de la cadena alimenticia en los océanos y ser el sustento de organismos como peces que utilizan este ecosistema para el desarrollo de sus larvas y juveniles. Los manglares también juegan un papel esencial en el ciclo biológico de muchas especies de peces, moluscos y crustáceos de gran importancia económica. Igualmente presenta interacciones esenciales con los arrecifes de coral. Ayudan a protegerlos al servir de barrera contra los sedimentos que podrían colapsarlos, la materia orgánica producida en los manglares es exportada a los arrecifes donde entran a formar pare de la cadena alimenticia y al mismo tiempo es esencial para muchos especies de los arrcifes que realizan alguna etapa de su vida en los manglares para emigrar más tarde hacia los arrecifes coralinos.

 
  • Los manglares tienen un valor de mil millones de euros

    El valor económico de los manglares en función de los servicios que proveen a la sociedad se estima en mil millones de euros, según revela un estudio que publica la revista 'Proceedings', de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. El informe, realizado por un equipo internacional del que formó parte un investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), indica que los recursos pesqueros que generan dichos ecosistemas tropicales de alto valor ecológico, se valoran en unos 24.000 euros por hectárea al año. Así, los manglares --formados por bosques de árboles que ocupan las zonas próximas al mar-- sirven de hábitat o zona de cría a multitud de especies marinas y aportan beneficios para las poblaciones humanas como la regulación del clima, la disponibilidad y tratamiento de agua, la previsión de la erosión, y proporcionan alimento (pesca) y usos recreativos. El trabajo, en el que participó el investigador español Enric Sala, se realizó en los manglares del Golfo de California en México, que, según los autores, están amenazados por el incremento de complejos turísticos y de explotaciones para la cría de gambas. Asimismo, concluyen que estos ecosistemas suponen una importante entrada de ingresos a las economías locales, ya que más del 30% de la pesca en la zona se recogen en pequeñas embarcaciones en los manglares. Sin embargo, los autores del estudio denuncian que la superficie de bosques de manglar se reduce a un ritmo del 2% anual en este país norteamericano, informó el CSIC en un comunicado. Según Enric Sala, el impacto económico varía según los países dependiendo de la diversidad asociada a los manglares. "En otras zonas más ricas en manglares, como en el sudeste asiático, su valor económico podría ser mucho mayor", señaló.
 
   
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