Lineo nombró en su Sistema Naturae la existencia de grandes monstruos marinos. En 1856 se presenta por primera vez una prueba científica de la existencia de estos monstruos marinos, un pico de estos calamares gigantes. A partir de ese momento la existencia de estos animales se ha ido desvelando poco a poco para la ciencia. No obstante, el conocimiento que actualmente se tiene sobre su ciclo biológico, su fisiología, ecología y comportamiento es muy escaso y se basan sobre todo en capturas accidentales, la llegada a las costas de ejemplares moribundos y los restos encontrados en los estómagos de los cachalotes, los cuales muchas veces muestran cicatrices de grandes tentáculos en sus cabezas. Normalmente las zonas donde se concentran las apariciones de estos clamares gigantes coinciden con los grandes cañones submarinos de más de 2.000 m. de profundidad pero con caladeros a 300 – 400 metros, como el caladero de Carrandi frente a las costas asturianas. Los calamares gigantes vivirían a grandes profundidades en estas fosas, pero realizarían migraciones verticales para alimentarse de los bancos de peces. Por eso es tan importante proteger estas zonas, como en Asturias, donde, frente a las costas de Avilés, se encuentra uno de los cañones más profundos del mundo, el hábitat de este enigmático monstruo marino.
Familia numerosa
Los calamares gigantes propiamente dichos son invertebrados pertenecientes a los moluscos, más exactamente, a los cefalópodos, con más de 700 especies entre los que se encuentran los calamares, las sepias y los pulpos. Pertenecen al género Architeuthis y son animales con tentáculos muy largos, de 2.5 a 6 veces más grandes que su manto, y cuyas mazas poseen 4 filas de ventosas de diferente tamaño. Carecen de fotóforos u órganos luminosos y poseen unas pequeñas aletas. Puede llegar a alcanzar los 22 m de longitud y 900 kg de peso, aunque su media es de 10-12 m y 455 kg. Pero no todos los calamares de gran tamaño pertenecen al género Architeuthis. Por ejemplo el calamar gato o Taningia danae, el hermano menor, es una especie muy cosmopolita, cuyos adultos poseen solamente 8 tentáculos, ya que los dos de gran tamaño los pierden. Las aletas de estos animales son extremadamente anchas y de gran tamaño. El ejemplar de mayor tamaño capturado hasta la fecha era una hembra inmadura de 124 kg de peso. El calamar de Humbolt o Dosidicus gigas se puede encontrar en la costa pacífica de América, desde Chile hasta California, siendo una especie intensamente explotada por las flotas pesqueras de esas zonas. Aunque pueden alcanzar los 4 metros de longitud y los 150 kg de peso, generalmente su tamaño oscila entre 1 ó 2 metros y entre los 10 y 35 kg. Y el calamar colosal o Mesonychoteuthis Hamilton, capturado en la Antártida, puede alcanzar hasta 4 metros de longitud y 150 kg de peso de media, aunque en febrero de este mismo año 2007 se capturó un ejemplar de 450 kg y 10 metros de longitud. Según algunos científicos, podría alcanzar tamaños superiores al del calamar gigante. Sus tentáculos son mucho menores que los del Architeuthis, presenta un fotóforo sobre cada ojo y sus aletas son terminales y ovaladas.
Tentáculos mortales
Lo que más destaca de los calamares gigantes son sus larguísimos tentáculos utilizados probablemente para la captura de sus presa y gracias a los cuales el animal no solo ahorraría energía sino que, al estar relativamente lejos de sus presas, las capturaría por sorpresa a pesar de su gran envergadura. Su forma hidrodinámica le permite trasladarse por la columna de agua con la mínima resistencia, estabilizando el movimiento con sus pequeñas aletas, utilizando el sifón para impulsarse en la dirección deseada.
El Architeuthis, debido a su gran tamaño, se sospecha que realiza grades migraciones, parece que verticales, diariamente, para alimentarse. Generalmente se alimentan de peces, crustáceos y moluscos. Sus enemigos potenciales son los mamíferos marinos, como cachalotes y calderones tropicales, grandes peces como tiburones de las profundidades, y aves marinas, que las atacarían cuando los calamares gigantes llegan moribundos a la superficie.
El sistema digestivo del Architeuthis, en forma de U, comienza el la boca, formado por dos mandíbulas en forma de pico, constituidas por queratina. Con bordes afilados y cortantes pueden cortar con facilidad carne y romper caparazones, conchas y huesos. En su interior se encuentra la rádula, típica de los moluscos, cuya función es arrancar la carne de las estructuras duras. Poseen un estrecho esófago, por lo que tienen que trocear a sus presas para que lleguen a su largo estómago. Termina en el ano, donde también desemboca la bolsa de la tinta, la cual, a parte de melanina, tiene sustancias que irritan los ojos y paralizan los órganos olfatorios de sus presas. Debido a su especial metabolismo producen gran cantidad de amoniaco que acumulan en su cuerpo, lo que no sólo les ayuda en su flotabilidad sino que también los vuelve tóxicos para el consumo humano.
Su sistema circulatorio es cerrado y muy evolucionado, con tres corazones, uno principal y dos branquiales. El oxígeno es transportado por la hemocianina, proteína con cobre, cuya capacidad de transporte disminuye mucho al aumentar la temperatura, lo que podría explicar la muerte de estos animales, por asfixia, al llegar a aguas superficiales mucho más cálidas. Las hembras poseen un ovario, dos ovioductos y dos glándulas nidamentarias, que forman las envolturas de los huevos. En los machos los espermatozoides son empaquetados y envueltos formando los espermatóforos, los cuales inyecta a la hembra a través de su gran pene, que puede alcanzar los 78 cm. No se conoce la forma de la puesta, pero se supone que flotará. Los recién eclosionados, una miniatura de los adultos denominada paralarva, no superarían los 2.5 mm de longitud y formarían parte del zooplancton. A medida que crecen adquirirían la capacidad de nadar contra corriente, para llegar a adaptarse al hábitat de los adultos. Poseen la mayor tasa de crecimiento de todos los organismos conocidos hasta hoy día, pudiendo crecer 1 cm al día. Los machos tienen un ciclo de vida de un año, mientras que las hembras probablemente de dos o tres años, pero nunca superior a 5 años.

Ojos como platos
El Architeuthis posee un verdadero cerebro, aunque de pequeño tamaño, que le permitiría el aprendizaje. A él se conectan los órganos sensoriales, entre los que destacan sus grandísimos ojos, los mayores de todo el reino animal, pudiendo alcanzar hasta 25 cm de diámetro. Están adaptados a un hábitat donde la luz es muy escasa o inexistente, pudiendo captar luz donde otros animales sólo verían una oscuridad absoluta, gracias a un órgano fotomultiplicador con mil millones de unidades receptoras. Pero muy poco se conoce del comportamiento de los calamares gigantes. Sin embargo se puede deducir de su gran tamaño, de sus músculos no muy desarrollados y de sus pequeñas aletas que estas criaturas se deben mover lentamente y que no son cazadores violentos. Paradójicamente presentan un pico muy desarrollado, en sus estómagos se han encontrado peces que son buenos nadadores y presentan tanto brazos como tentáculos muy desarrollados, características de los cazadores activos. Esta paradoja podría explicarse gracias a sus grandes tentáculos, con los cuales atraparía a distancia a sus presas una a una sin que éstas se percataran de la existencia de tan formidable enemigo. También sus grandes ojos y sus escasos elementos cromáticos hacen suponer que tienen un escaso repertorio postural, lo que indicaría que estas criaturas pasan mucho tiempo en zonas de penumbras u oscuridad total. Sin embargo todos son conjeturas, se necesitaría obtener imágenes de estos animales vivos desenvolviéndose en su medio natural. Como las capturadas en Japón en 2004, cuando a 900 metros de profundidad se grabó por primera vez un ataque de un individuo de 8 metros de longitud a una de las cámaras. Estas imágenes demostraron que los calamares gigantes son mucho más activos de lo que se sospechaba, aunque todavía queda muchísimo por aprender de estos animales.
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