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BIOLOGIA
Los ecos del hogar

TEXTO: Mª Victoria Bengoa Dra. Biología


 

Casi todos estamos de acuerdo al decir que como en la tierra de uno no se vive en ningún sitio. Hace unos años los científicos comprobaron que incluso las larvas de muchos peces coralinos vuelven al lugar donde nacieron siguiendo diversas pistas ya sean sonoras ya olfativas. Sin embargo ahora han demostrado que incluso las larvas de los corales, animales invertebrados, vuelven al arrecife donde se encuentran sus progenitores para asentarse y crear una nueva colonia de coral.

Los corales son animales invertebrados pertenecientes al filum Cnidaria, al igual que las medusas, anémonas, plumas de mar e hidrozoos. Forman las estructuras denominadas arrecifes coralinos, las estructuras más grandes creadas jamás por animales, visibles incluso desde el espacio. Son uno de los ecosistemas más antiguos y biológicamente más diversos de la Tierra. Esenciales para la vida de este planeta proporcionan refugio a más de 4.000 especies de peces, 700 especies de coral y miles de otras plantas y animales. Aparecieron hace más de 2.000 millones de años y a lo largo de la historia geológica del planeta muchas especies de coral han ido desapareciendo y otras han ido evolucionando de manera diferente, si bien algunos tipos de corales que viven hoy día tienen 150 millones de años.

Los pólipos
La unidad básica del coral es el pólipo, que se agrupan para formar colonias. Un pólipo es un animal sencillo con el cuerpo en forma de saco cuyas paredes están formadas por dos capas, la epidermis y la gastrodermis con la mesoglea entre ambas, que rodean la cavidad gastrovascular. Esta cavidad se abre al exterior por un orificio que ejerce las funciones de boca y ano. La boca, rodeada de una corona de tentáculos, se comunica con esta cavidad mediante la faringe. En su extremo inferior el pólipo presenta un disco basal o disco pedio que sirve para adherirse al sustrato.
Los corales son animales carnívoros que se alimentan de seres en suspensión. Obtienen sus presas al entrar éstas en contacto con sus tentáculos que gracias a los cnidocistos, células urticantes que inyectan una sustancia tóxica, paralizan a sus presas llevándolas a la boca, para dirigirlos hacia la cavidad gástrica donde tiene lugar la digestión. Sin embargo estos pequeños animales albergan en sus células unas pequeñas algas microscópicas denominadas zooxantelas. Estas zooxantelas, mediante la fotosíntesis, produce oxígeno y productos orgánicos (azucares, aminoácidos,…), los cuales son utilizados por el coral. Por su parte, la zooxantela obtiene protección, acceso a la luz, CO2 y productos de desecho de los corales que le sirven de nutrientes a la microalga. Esta relación en la que ambos elementos obtienen beneficios se denomina simbiosis.

Multiplicación
Se reproducen tanto de manera asexual, para aumentar el tamaño de las colonias, como de forma sexual, para la creación de nuevas colonias. La reproducción asexual más común se lleva a cabo mediante gemación, pudiendo los pólipos separarse o permanecer unidos y formar una colonia. La gemación puede ser intracelular, en la cual el nuevo individuo se forma en el disco oral, o extracelular, mediante el cual el nuevo individuo se forma en la base del pólipo. Otro tipo de reproducción asexual muy común es por fragmentación. También pueden dividirse en dos longitudinalmente formando dos nuevos individuos.
Cuando los pólipos de la nueva colonia maduran comienza la reproducción sexual. La mayoría de las especies son dioicos, pero también existen casos de hermafroditismo. La fecundación es externa, aunque también hay excepciones. La mayoría de los corales el esperma y los huevos son liberados al agua en el mismo momento y la fecundación es al azar. En otros casos tanto los huevos como el esperma es liberado en sacos que flotan hacia la superficie donde se rompen produciéndose la fecundación. Otras especies liberan directamente la larva, que es atraída hacia la superficie por la luz.

Guiarse de oídas
Tras la fecundación, en todos los casos surge una larva plánula ciliada que al poderse alimentar, pude permanecer en la columna de agua varios días. Finalmente, la larva se dirige al fondo donde encuentra un sustrato apropiado al que fijarse para formar un nuevo pólipo, que se dividirá asexualmente para formar una nueva colonia.
La larva plánula de los cnidarios es una larva ciliada de vida libre, generalmente aplanada y ovoide, menor de 1 mm, con una capa de células endodérmicas y otra de células ectodérmicas. Son larvas planctónicas, pelágicas, de vida corta que buscará en el sustrato un lugar para fijarse, dando lugar al pólipo. Compuestos químicos producidos por organismos del arrecife proporcionan importantes señales para el asentamiento de estas larvas en el sustrato, pero solo son captadas por las larvas cuando se encuentran en sus proximidades. Estos compuestos químicos son arrastrados por las corrientes marinas y como las larvas coralinas son planctónicas, es decir, no pueden nadar contra corriente, no pueden ser utilizadas por las larvas para acercarse si se encuentran lejos. Sin embargo, un grupo de científicos de varias universidades han demostrado que utilizan el sonido como señal para acercarse al arrecife. Al igual que muchas larvas de peces coralinos, éstas siguen el sonido producido por peces y crustáceos del arrecife, como el rechinar de los peces loro cuando muelen en sus bocas las ramas de los corales, o el sonido de los peces al desovar, para atraer al sexo contrario, o como señal de peligro, los ruidos producidos por los cangrejos con sus pinzas, las olas, la lluvia, etc. y gracias a este clamor encuentran el camino a “casa” a través del océano para asentarse y formar una nueva colonia. Sin embargo, y a diferencia de las larvas de peces, la larva plánula carece de estructuras capaces de detectar el sonido. Por ello los científicos creen que al igual que ocurre en ciertas especies de invertebrados terrestres, estas larvas marinas son capaces de detectar el sonido gracias a los cílios que cubren su superficie exterior.
Como este sonido de origen biológico se propaga con facilidad a gran distancia, su papel para atraer a las larvas pelágicas, tanto de invertebrados marinos como de peces coralinos, es de gran importancia y puede ser utilizado para ayudar al asentamiento y creación de nuevos arrecifes en lugares donde el arrecife hubiera sido degradado o destruido. Sin embargo también es posible que los ruidos producidos por el ser humano, la denominada contaminación acústica, enmascaren los sonidos naturales del arrecife dificultando a las larvas su camino a casa, lo que significaría una disminución del número de larvas que lleguen al arrecife y la consecuente disminución tanto de nuevas colonias de corales como de la población de los peces adultos.

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