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  Los herederos de Cousteau se pelean por el Calypso
 

El mítico barco se pudre amarrado en un rincón del puerto de La Rochelle

 

El buque oceanográfico más famoso del mundo se llena de herrumbre a la espera de que un tribunal dictamine cuál de los herederos de Cousteau tiene derecho a quedarse con el barco. La pelea enfrenta, al hijo primogénito del primer matrimonio del comandante, Jean Michel, y a su madrastra, Francine Triplet, casada con Cousteau poco antes de morir éste. Ambos se convirtieron en los dos herederos universales tras su muerte en junio de 1997. La viuda, 30 años menor que su difunto marido, dio a Cousteau dos hijos: Diane y Pierre-Yves, “ilegítimos”, ya que la pareja no se pudo casar hasta la muerte de la primera esposa, Simone Melchoir.
Francine quiere entregar el barco a una compañía estadounidense de cruceros, para que lo utilicen como reclamo turístico. Jean Michel quiere que la nave permanezca en Francia y se dedique a la educación ambiental. Mientras tanto, el antiguo dragaminas de la II Guerra Mundial, se oxida y deteriora de manera alarmante.
En 1996 sufrió el impacto de una embarcación en Singapur, lo que le produjo una gran vía de agua a raíz de la cual se semihundió, y donde comenzó a deteriorarse. Se reparó y llegó por sus propios medios a Marsella en 1997. Ahora necesita una profunda reconstrucción, probablemente más costosa que hacer un barco nuevo.

Odios familiares
El Calypso fue testigo de la felicidad de los cuatro Cousteau, actores y productores de muchos de sus documentales. Pero la llegada de Francine, la joven y guapa azafata a la que Cousteau conoció a bordo de un Concorde, acabó con aquellos maravillosos años. La ausencia de Simone y hasta la del mismo Cousteau, alteraron el ambiente. Philippe, hijo menor del matrimonio, el único que pasó a compartir con su padre el trabajo, murió durante una filmación en un avión, casualmente también llamado Calypso. Las desavenencias entre el hijo mayor, Jean Michel, y su padre pasaron a ser de dominio público: «Mi hijo es encantador, pero es un incapaz. No porque un chaval haya nacido de tu esperma tiene las cualidades de reemplazarte», llegó a decir el padre. Cousteau padre litigó en los tribunales contra su hijo primogénito, porque este utilizó su apellido para bautizar una urbanización turística en las islas Fiji. El hijo perdió el pleito y el padre perdió el amor de su hijo. Jean Michel cree que su madrastra es la culpable de todos los males de la familia. A pesar de estos líos, el imperio Cousteau no se ha perdido. Los derechos de decenas de documentales y grabaciones, empresas y el 5% de todos los beneficios de Aqualung, mantienen el alto nivel de vida de los Cousteau.
Un asunto triste para la gran familia del submarinismo ya que antes de Cousteau “…la gente sólo veía la superficie del mar; pero tras él, conocen la vida que hay bajo las aguas” afirmaba Greenpeace elogiando al desaparecido comandante.

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