ACTUALIDAD    
     
  La falsa sensación de control
 

 

Médicos coruñeses alertan de que el 80% de las muertes por ahogamiento en actividades subacuáticas procede de la práctica del buceo 'a pulmón' o en apnea, y que entre el incidente y el accidente median el estrés y el pánico. El ahogamiento es la primera causa externa de muerte en Galicia y dentro de las actividades subacuáticas, el 80% de los fallecimientos se produce en el llamado buceo en apnea. El buceador y médico de Cuidados Intensivos del Hospital de A Coruña Salvador Fojón asegura que quienes sufren mayores riesgos son los expertos apneistas que creen que dominan la situación. Además, en la otra modalidad de buceo -con escafandra autónoma o botella de oxígeno-, la mayoría de los accidentes son por fallos humanos.

 

 

Un traje de neopreno, unas aletas, unas gafas y al agua. La práctica del buceo en apnea, conocido como a pulmón, es tan accesible como peligrosa. Aunque las patologías subacuáticas carecen de una especialidad médica que las regule, la realidad es que el 80% de las muertes que se producen por ahogamiento -la primera causa externa de muerte en Galicia, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística- en estas actividades deriva del buceo sin equipo. El buceo en apnea tiene la particularidad de que se puede practicar sin ninguna restricción legal y de ser el único con el que se permite la pesca submarina. "Los que buceamos con escafandra no podemos sacar nada del agua", explica el buceador y médico de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital de A Coruña, Salvador Fojón. A bucear sin equipo se puede aprender con la ayuda de un amigo, y cualquier persona puede hacerlo, "pero es mucho más peligroso de lo que se imagina la gente". De hecho, "la inmensa mayoría de los muertos que se producen en actividades subacuáticas proceden de este campo", asegura el doctor.

Síncope de la apnea
A falta de una formación específica en el campo de las patologías subacuáticas, los médicos han tardado "muchos años" en comprender la causa de la elevada mortalidad de esta actividad deportiva. Fojón señala que "este gran enemigo es el síncope de la apnea o de las aguas someras", descubierto "hace unos quince o veinte años" y que consiste en una "súbita pérdida de conocimiento que se produce en los apneistas al emerger", por las elevadas diferencias de presión que existen entre la profundidad marina y la superficie. "Cuando se está llegando a la superficie, disminuye tanto la presión ambiental como la que hay dentro del tórax, y al no llegar el oxígeno suficiente a la sangre, el buceador pierde el conocimiento y se ahoga", matiza.
Lo más sorprendente y paradójico de este síncope, subraya el doctor, es que "se da en buzos entrenados capaces de alcanzar los tiempos y profundidades necesarios, y que hacen hiperventilación -un truco que realizan los apneistas más expertos para aumentar el tiempo de inmersión-". El problema, añade Fojón, es que "cuando crees que has alcanzado el dominio de la situación, ésta te lleva a la perdición". Este doctor explica que, a 10 metros de profundidad, el buceador se siente muy a gusto y experimenta una sensación de control tremenda, "pero en realidad no va más allá de un engaño que le está llevando al desastre". La otra cara de la moneda, confiesa este médico intensivista, es la práctica del buceo con escafandra autónoma o botellas de aire comprimido, "donde la seguridad está garantizada".

 
Copyright (c) 2001 BUCEO XXI - S.G.I. Asociados - Todos los derechos reservados