Mi padre no destaca
por ser un gran filósofo. Sin embargo, de vez en cuando,
te da un consejo o se hace eco del enciclopédico refranero
popular español, que es uno de los más completos y
sabios del planeta. “Nadie se hace rico trabajando”
es una de esas frases lapidarias que permanecen frescas en mi memoria
desde que tengo uso de razón. La otra gran frase es: “no
se puede sacar de donde no hay”, y su corolario “siempre
que uno gana, hay otro que pierde” la completa. De todo ello
me he acordado cuando he leído las conclusiones del informe
de Greenpeace “destrucción a toda costa 2005”.
Paso parte del verano en Marruecos. Su costa mediterránea
es vecina y similar en casi todo a la nuestra. Digamos que se encuentran
en una fase de desarrollo urbanístico comparable a la que
había aquí en los años 60, es decir con 40
años de margen, que ya es margen. Bien, todos los que pasamos
de Ceuta a Tetuán percibimos lo que es realmente una frontera,
un muro, que separa dos realidades: el Norte y el Sur. Y eso que
Ceuta es bastante sureña, por no decir bastante africana,
y nada tiene que ver con una ciudad francesa, por ejemplo, excepto
en sus mezquitas. En la costa marroquí todavía no
hay muchos chiringuitos, ni campos de golf. A penas puedes encontrarte
con un centro de buceo y hay playas desiertas y bosques mediterráneos
intactos. Pero lo cierto es que todos los ingredientes que dieron
lugar a la explosión especulativa que se dio en España
están en juego: se ha comenzado por mejorar las carreteras;
aparecen a pie de playa las primeras urbanizaciones privadas exclusivas
para europeos, tanto guiris como emigrantes marroquíes que
han hecho las europas... El dinero de la emigración y del
turismo comienza a transformar una sociedad tradicional barrenada
por millones de antenas parabólicas orientadas a un sueño
materialista que es un espejismo en el desierto árido y pedregoso
de la realidad africana. Sin embargo tengo poderosos motivos para
pensar que parte del sector turístico español que
ha acabado de depredar nuestras costas se traslade unos cuantos
kilómetros al sur a un lugar donde el suelo, de momento,
cuesta 100 veces menos, y la mano de obra y el nivel de vida es
un 50% más barato. El sol y la playa están garantizados
todos los días del año. Cierto es que queda mucho
por hacer, pero en cuanto el dinero huele beneficios va hacia ellos
como un tiburón hambriento sigue el rastro de la sangre.
Para colmo, la estructura administrativa de Marruecos es la típica
de un país africano, por lo que la legalidad depende mucho
del sonido del “flus”, vil metal en dialecto marroquí.
Aunque a juzgar por el informe de Greenpeace, en España,
país europeo, gran democracia y modelo de transparencia informativa,
las prácticas africanas no nos son del todo extrañas
ya que se han construido 44.900 viviendas ilegales en la costa y
se han recalificado más de 22 millones de metros cuadrados
para que los urbanice el cuñado del alcalde.
“Entre 2002 y 2004 visitaron España durante la época
estival cinco millones menos de turistas que en años anteriores”
dice Greenpeace. ¿Dónde han ido esos turistas?
¿Cómo acabará de afectar el desarrollo potencial
de Marruecos como potencia turística al lamentable panorama
turístico de España? Bueno, supongo que por fin se
liquidará el problema de la vivienda para los jóvenes.
En vez de pisos de 25 metros tendrán que ir a vivir a hoteles,
apartamentos y adosados en lo que eran paraísos del turismo
internacional. ¿Y qué harán las docenas de
centros de buceo que sobrevivan a la hecatombe? ¿Aprender
Dariya e invertir los ahorrillos en Marruecos?
Lo curioso del género humano es que hay gente dispuesta a
arriesgar su vida por atravesar el muro de la vergüenza que
hemos colocado frente a nuestros vecinos del sur. La situación
es parecida al abordaje de dos buques piratas que se hunden irremisiblemente
tanto el uno como el otro. Dicen los expertos que China será
la próxima potencia económica capitalista mundial.
Génova cedió ante Ámsterdam y ésta ante
Londres. Después Nueva York tomó el relevo. Pekín
se prepara no sólo para las olimpiadas. Ya controlan las
manufacturas. Ahora se van a quedar con el capital. ¿No es
otra gran paradoja que el último bastión de la Revolución
Comunista vaya a heredar todo el movimiento especulativo de la bolsa
de Wall Street? Pues bien, mi padre diría: “cuando
las barbas de tu vecino veas quemar, pon las tuyas a remojar”.
España durante casi 30 años ha sido primera potencia
mundial del turismo sólo superada por EEUU. Ahora la Organización
Mundial de Turismo señala que, la República Popular
de China se convertirá en los próximos veinte años
en el primer destino turístico del mundo como receptor y
exportador del mismo, al desbancar a los Estados Unidos, Francia
y España que actualmente son las potencias principales del
sector. Quizás nuestros instructores deban apuntarse ya a
cursos intensivos de árabe y de chino para poder competir
en el próximo mercado de trabajo. Puede que en un futuro,
no muy lejano, las pateras del norte y de occidente se dirijan al
sur y al oriente cargadas de caucásicos muertos de hambre.
Exótico ¿no?
Javier
Salaberria |